Carlos Ríos Otero. (DU)( periodista independiente).
La sacarocracia cubana, emergió desde el siglo XVIII hasta la primera mitad del siglo XIX. Ningún otro país colonial del mundo disponía de un desarrollo integral al cubano. Lo excepcional, es que se trataba de un esfuerzo de la Colonia, que traza pautas en éste orden a la Metrópolis. Ya, a principio del siglo XX la burguesía criolla definía sabiamente; que: “sin azúcar no hay país...”
La Asociación de Técnicos Azucareros Cubanos (ATAC). En el último cuarto de siglo ha estado ocupada por una falange de burócratas y arribistas. El Gobierno Revolucionario no ha encontrado una contrapartida técnico y profesional para la destrucción del azúcar. El último zarpazo, fue la hecatombe en el 2002 de 71 fábricas de azúcar en convertirlas en chatarra, de los 156 Ingenios existentes. Se usó como alegato el precio deprimido del azúcar, para ejecutar tal catástrofe, que no califica. Ya que, el costo de la libra de azúcar es muy bajo. Dado que: el petróleo que asigna Venezuela es en condiciones ventajosas (casi gratis). El salario del azucarero, sólo es una prima para sobrevivir. Ambos indicadores representan al menos el 60 % del costo de la libra.
El precio es un evento coyuntural que concurre en el mercado de oferta y demanda. Y cuando más es estacional. En la actual crisis, a los yanquis no se les ocurriría destruir el General Motor. Ni a los brasileños dar al traste con la industria del etanol.
Sin embargo, en honor a la verdad, los azucareros de todos niveles rechazaron el plan destrucción de Fidel Castro y, de sus Generales y Coroneles. Se manifestaron en fórum, carta denuncia y en asambleas de vecinos del Batey Azucarero.
La invasión del azúcar, por el General Ulises Rosales, ex jefe del estado mayor de la Fuerzas Armadas. Fue “asesorado” por Generales y Coroneles, durante el decenio 1998-2008; que hicieron colapsar la rama. Nunca fueron capaces de trasmitir la recapitulación de la sacarocracia, en el orden de potenciar el desarrollo. La hacienda cañera aún está cubierta por el 60 % de marabú. Más de 245 mil trabajadores improductivos. Las últimas cinco zafras, no superan los 3 millones/ton/anuales.
Sin embargo, con los 71 centrales dado de baja. Se han ejecutado oportunidades de venta con la chatarra y, la selección de metales: cobre, níquel y bronce. Lo comercia una firma de la Unión Europea y lo adquiere una empresa japonesa. A los azucareros recolectores de metales se les paga una miseria en moneda nacional. Mientras Generales y Coroneles obtienen una comisión en divisa que clavan en sus cuentas. Generales y Coroneles Nazi ante el deshonor se suicidaban; su Comandante en Jefe se asistió por cobardía.
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