Por: Jorge Alberto Liriano Linares, prisionero político desde la prisión dicta los textos
Camagüey, Cuba, 8 de septiembre, del buró de trabajo de Hablemos Press/ En Cuba, de cada diez habitantes blancos, siete son racistas, odian a los negros, el propio gobierno promueve la discriminación racial, y las desigualdades sociales.
La policía, los tribunales, se ensañan con ciudadanos de la raza negra. Las leyes de los blancos en el poder oprimen a los negros.
Los excluyen y marginan de la sociedad. Miles de ciudadanos negros cumplen condenas injustas, sin contar con derechos para demostrar su inocencia.
El sistema social instrumentado durante medio siglo en mi país, nos regresó a la sociedad esclavista, expresa públicamente el preso común Justo Alexander Aguilera Valdés, de 31 años de edad, de raza negra, quien fuera encarcelado hace 11 meses acusado y sancionado a 10 años de privación de libertad , por un delito que no cometió.
El sistema judicial de la isla, corrompido hasta la medula, lo encontró culpable, aun sin la más mínima prueba, las víctimas jamás reconocieron al acusado, y hasta el tribunal supremo, la máxima instancia judicial del país, se trasladaron para demostrar el infame fallo del tribunal sancionador.
Un tribunal de hombres blancos que a semejanza del Kukuxklán dictó sentencia contra un negro inocente, de una pequeña isla del Caribe, donde hace 50 años, una dictadura de hombres blancos oprime y subyuga al pueblo, engañando y manipulando al mundo, quieren hacer creer que respeta las libertades democráticas, que respeta el derecho internacional de derechos humanos de su pueblo.
El fallo de este tribunal contra un negro inocente encierra un profundo desprecio para el sentir de la humanidad. En pleno siglo XXI la discriminación racial y las injusticias contra ciudadanos negros de la isla son una evidencia más de cómo la tiranía continúa cometiendo los peores crímenes y las peores depredaciones contra la ciudadanía.
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