Foto de Leonardo Miguel Bruzón Ávila.
La Habana, Cuba, 17 de agosto /Hablemos Press/ El ex prisionero político Leonardo Miguel Bruzón Ávila insiste en continuar la huelga de hambre que inició el pasado 16 de julio en su domicilio “hasta tanto no se respeten los derechos humanos en la isla”, dijo a este periodista que lo entrevistó.
“Mis reclamos son por que se respeten los derechos humanos, sean puesto en libertad los presos políticos y de conciencia y cese la represión policial contra el pueblo entre otras”, explicó.
Bruzón, Presidente del Movimiento 24 de Febrero, quien ha cumplido más de 10 años de cárcel en distintas condenas por oponerse a la política del régimen de los castro, indicó que su propósito “es llegar a los 50 días de abstinencia para demostrarle a la opinión publica que Fidel y su hermano Raúl han mantenido durante cinco décadas al pueblo encarcelado y hambriento”.
El ex prisionero permanece vestido de blanco, con las manos y los pies encadenados desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche a un trozo de hierro junto a la puerta de entrada de su casa. “Como representación de que los cubanos nos encontramos presos al igual que nuestros derechos”, señaló Virgilio Mantilla Arango, ex preso político que lo apoya.
El gobierno de Raúl Castro tiene que reconocer lo que firmó, los pactos internacionales y ratificarlos así como instaurar una moneda única para que el pueblo trabajador no tenga que cobrar con una (moneda nacional) y comprar con otra (dólares Chavitos) que no tiene ningún valor en el mundo, explica a toda persona del pueblo que llega a preguntarle.
Leonardo Miguel entró en un ayuno el 5 de julio y el 16 se declara en huelga de hambre. Lo realiza en su residencia sita en la calle Campanario # 564 e/t Dragones y Salud, Centro Habana.
La esposa afirmó que “Bruzón permanece ingiriendo agua, café y jugos naturales pero que a rechazado todo tipo de alimentos sólidos”.
Pido que una comisión de la oposición intercedan por mi esposo y le exijan que finalice la huelga pues tengo mucho temor de que pueda morir.
El estado de ánimo del protestante se nota bien, afirma, “me mantengo en pie porque me he encomendado a Dios y digo "Si vivo, vivo para Cuba y si muero, muero para Cuba, pues para Cuba ya es la hora y digo Presente".
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