4/07/2008
Las relaciones con Cuba y Estados Unidos
LA VOZ DE GALICIA.ES
«Cuba será lo que los cubanos quieran». Con estas palabras textuales me respondió el ministro Moratinos a una pregunta sobre el papel que jugaría España en el futuro proceso de apertura de Cuba. La Perla del Caribe de los españoles fue arrebatada por el ansia expansionista de EE.UU. Un siglo después, Cuba se debate entre una apertura política lenta, al estilo vietnamita, una transición a la española o una revolución económica impuesta por la Cuba en el exilio, la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), iniciativa del fallecido Jorge Mas Canosa, hoy presidida por Francisco Pepe Hernández. El PIB de los cubanos en el exilio es enorme. Su capacidad de poder político y mediático influyó desde el caso Kennedy, a Reagan o Bush, pasando por el diario Miami Herald , o think tanks como el Center For a Free Cuba (Washington). Cuba tiene dos capitales. Una, en La Habana; y otra, en Miami.
El papel que debe jugar Zapatero en esta próxima legislatura es un acercamiento a la primera potencia mundial. Entre tanto, si Obama gana, todo mejorará, dado que ha anunciado la ruptura del bloqueo a Cuba. La ley Helms-Burton prohíbe a los norteamericanos viajar a Cuba o a las multinacionales hacer negocios con la isla. Las empresas burlan la ley haciendo transacciones o montando subsidiarias desde Canadá. Conozco en profundidad la situación actual, no en vano el pasado año mantuve reuniones con el líder de la oposición cubana en España, después me reuní en Miami con el jefe de los cubano-americanos, y un mes después estuve en Cuba con Ramiro Valdés, ministro de Ciencia y Tecnología de Cuba. Ramirito es un patriota, héroe de la Revolución, con Fidel y el Che. Como si fuera un indicio, el capitán del Granma , Norberto Abreu, acaba de fallecer.
Otro indicio, el cuestionamiento del estudiante Eliecer Ávila a Ricardo Alarcón (presidente de la Asamblea Nacional) de por qué los cubanos no podían viajar al extranjero, usar móviles o Internet. Un mes después, Raúl Castro ha abierto la mano. Ahora le toca mover ficha al Gobierno español. Zapatero tiene que darle peso a España en el eje Cuba-EE.?UU. Moratinos no lo ha hecho. Cuando un español viaja a EE.?UU. es un ciudadano de segunda. Esto lo han vivido en sus carnes numerosos turistas españoles retenidos por la Inmigración americana. Ejemplos en la mente de todos han sido el mal trato recibido por Pajares júnior o el bailarín Antonio Canales. Bernardino León, secretario de Estado, debería aprender de Brasil y que el destino de cónsul en Miami (Coral Gable) no sea para unas vacaciones al sol, sino para hacer valer los intereses de España y sus ciudadanos. España debe recuperar su orgullo en el contexto cubano-americano.
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