El presidente estadounidense, George W. Bush (dcha),
y su vicepresidente, Dick Cheney, este jueves.
WASHINGTON (AFP) — El presidente estadounidense, George W. Bush, rechazó este jueves dialogar con el presidente cubano, Raúl Castro, al que tildó de "tirano", al tiempo que salió en defensa del libre comercio y del TLCAN, en respuesta a las críticas de los candidatos demócratas a su sucesión.
"Sentarse a la misma mesa, que haya una foto de usted junto a un tirano como Raúl Castro, por ejemplo, le otorgaría el prestigio del oficio y de nuestro país", afirmó Bush en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Raúl Castro saldría ganando de una reunión de este tipo "al poder decir, 'miren: acabo de ser reconocido por el presidente estadounidense'", agregó el mandatario norteamericano, que reiteró su voluntad de mantener el embargo aplicado desde 1962 a Cuba, que fortaleció hace cuatro años.
"No es otra cosa que una prolongación de lo que hizo su hermano (Fidel), que consistió en arruinar una isla y encarcelar a la gente por sus opiniones", añadió en respuesta al precandidato demócrata Barack Obama, que se declaró dispuesto a reunirse con el nuevo dirigente cubano, aunque tras un trabajo preparatorio.
El senador por Illinois, que lucha con Hillary Clinton por ser el candidato de su partido a la Presidencia, calificó de "fracaso" la política de embargo de Estados Unidos contra Cuba y prometió levantar algunas de las medidas impuestas por Bush en 2004 como los límites a los viajes y las remesas de los exiliados cubanos en Estados Unidos, si llega a la Casa Blanca.
El presidente Bush también salió al paso de las recientes y fuertes críticas tanto de Obama como de Clinton contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que prometieron renegociar si un demócrata gana las elecciones del próximo 4 de noviembre.
"La idea de retirarse unilateralmente de un tratado por tratar de anotarse puntos políticos no es una buena política (...), por el mensaje que envía a la gente que firmó con buena fe el acuerdo y lo elaboró con nosotros", aseguró Bush.
De cara a las primarias del próximo martes en Ohio, un Estado donde el TLCAN tiene mala prensa y es acusado de haber causado la pérdida de decenas de miles de empleos, los dos aspirantes demócratas a la Presidencia coincidieron en presionar a México y Canadá, los otros dos socios, para renegociar cuanto antes el acuerdo.
Bush también se declaró convencido de que el TLCAN es una de las soluciones para frenar la inmigración clandestina desde México, aunque no impidió la continua llegada de mexicanos desde que entró en vigencia el 1 de enero de 1994, bajo el primer mandato del presidente demócrata Bill Clinton.
El mandatario norteamericano aprovechó la pregunta sobre el acuerdo de América del Norte para reiterar su llamado al Congreso, controlado por los demócratas, a aprobar el TLC con Colombia, el mayor aliado de Estados Unidos en América Latina.
"Si el Congreso lo rechaza, esto afectará mucho los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, alentará el falso populismo en nuestro vecindario", reafirmó, en alusión al presidente venezolano, Hugo Chávez, el mayor adversario de Washington en la región.
Colombia firmó un TLC con Estados Unidos, que está estancado en el Congreso estadounidense, donde la mayoría demócrata pide al Gobierno colombiano mayores resultados en la protección de sindicalistas y en las investigaciones de vínculos de autoridades y legisladores con paramilitares de extrema derecha, antes de aprobar el pacto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario