Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: "Te doy gracias, Padre porque has escuchado mi oración. Yo sé que siempre me oyes. Pero hablé por los que están aquí para que crean que Tú me has enviado" Al decir esto, gritó muy fuerte: "Lázaro, sal fuera". Y salió el muerto. Tenía las manos y los pies vendados y la cabeza cubierta con un velo, por lo que Jesús dijo: "Desátenlo y déjenlo caminar" (Juan 11, 41-44)
San Lázaro, en el nombre de Dios, te pido San Lázaro bendito, que cuando angustiado te invoque, en mis horas de dolor y anhelo de caridad y protección, escúchame por favor.
Bendito San Lázaro de Bethania, amparo y sostén de Marta y María, a ti llamo, Oh! amado y siempre vivo espíritu de gracia, que con la misma Fe y amor que Jesús llamó a la puerta del sepulcro, de donde saliste vivo y glorioso, después de haber estado por espacio de tres días consecutivos, tu cuerpo enterrado, sin haber dado la más leve señal de impurezas o imperfección.
Así también, yo hoy llamo a la puerta de tú Divino Espíritu, para que con la misma Fe que Dios infundió en ti, me concedas lo que te pido, si está bien a los ojos de Dios, (Libertad para el pueblo cubano), invocando para ello el incomparable amor con que Jesús te quiso premiar y resignación con que supiste soportar la vida material. Amén.
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