11/08/2007

EL EXILIO CUBANO: LA DERROTA FINAL DE FIDEL CASTRO


Cuando cualquier cubano o latinoamericano llega a Miami, se sorprende de la laboriosidad, perseverancia, y status social de los cubanos. Pero aun es más emocionante el florecimiento de la cultura, las costumbres y el modo de vida cubano dentro de los propios Estados Unidos. Allí, en Miami está la patria que perdimos, la isla que nos arrebató por la violencia uno de los más brutales dictadores de Cuba y las Américas.


Fidel Castro les quitó todo: fincas, fábricas, bancos, centrales azucareros, etc. Cuando comenzaban los trámites de salida definitiva del país, iba a sus casas una comisión de Bienes Malversados primero, y luego una comisión de los “factores” (CDR, PCC, FMC, etc) para hacer un inventario de todas las propiedades que poseían: joyas, zapatos, ropas, cuadros de pintura, lámpara, muebles, vasos y hasta cucharitas de café. No escapaba nada. Y, desde luego, sus cuentas bancarias. Vivían, durante el tiempo de la espera de la salida, con un profundo desasosiego, de que algo del inventario se rompiera o se perdiera, porque eso podía significar la derogación del permiso de salida. Fueron objeto de inenarrables humillaciones.
Se convirtieron en las primeras “no personas” del régimen comunista. Y las primeras victimas de los paredones de fusilamientos del dictador.


Salieron de Cuba con una mano delante y otra detrás. Con lo que tenían puesto, excluyendo relojes y joyas.

Pero, lo único que no pudo quitarles, fue su sabio dominio en los negocios y en las leyes del mercado. Su agresividad y voluntad para abrirse paso en la jungla enonómico-industrial y comercial de los EE:UU.
Entre 1959 y 1967 llegaron más de 300 mil cubanos. Cuando llegaron, Miami era – según un amigo que allí encontré en 1995 – “una finca con tres faroles”.


Limpiaron pisos, fueron cocineros, barrecalles, empleados de tiendas, trabajadores de factorías y gasolineras, mecánicos y se desempeñaron en mil oficios más. No los detuvo nada ni nadie. Y allí crearon “su Cuba”
La “escoria del Mariel” – como les llamó el sátrapa de Birán - hoy tiene ingresos promedios de $37,000 dólares.
En mi artículo “China: Bye Bye Karl Marx” escribí, sobre los cubanos en EE:UU:“Llegaron a EE:UU, España y otras partes del mundo. En EE:UU, de acuerdo a su último censo, hay 300 mil empresas cubanas, con un volúmen de ventas de 90 mil millones (tres veces el PIB de Cuba). Constituyen sólo el 5% de los hispanos, pero tienen el 35% de las ventas totales del mundo hispano. Sus ventas están al nivel de las ventas de los japoneses asentados en EE:UU y se han convertido en una de las comunidades más poderosas políticamente de ese país, junto a los judíos”.


Ellos abrieron el espacio empresarial americano para otras comunidades de América Latina. Nicaraguenses, que huyeron de los sandicomunistas, argentinos, mexicanos, colombianos, dominicanos, venezolanos y otros latinos, crean hoy, con los cubanos, unos 300 mil millones de dólares en sus negocios.
Fueron ellos también, por medio de Gloria Estefan y Miami Sound Machine, los que inauguraron el multimillonario negocio de la música y la cultura hispana en los Estados Unidos.

Han mantenido durante casi medio siglo lo más bello y duradero de la cultura cubana y, la han convertido en algo irreductible. No hay ninguna otra comunidad que haya logrado semejante triunfo cultural.


Por eso digo, con extremo orgullo, que el exilio cubano – en EE:UU y en todo el mundo - sus brillantes éxitos económicos, sociales y culturales, constituyen la más esplendorosa derrota sobre la dictadura comunista de Fidel Castro.

Si usted, algun día, viaja a Miami y ve, en las tiendas y en los Mall, un cartel que dice “We speak English”, no se asombre. Detrás de ese cartel, está la mano industriosa de los cubanos.

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá



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