
Uno de los principales problemas generacionales que tiene la sociedad cubana en estos momentos, es que los jóvenes son sordos. Pero el gobierno ha contribuido mucho a ello.
El periódico Juventud Rebelde, el pasado 3 de enero de 2010, bajo el título “Acorralados por la hiperdecibelia”, publica una carta de Rolando Chiong, quien es actor y director de televisión, y se queja de lo que sucede en el parque Trillo.
Este señor vive en la calle San Rafael, entre Hospital y Aramburu, frente al citado parque y cuenta que desde las 10 de la mañana el sonidista comienza con la música alta, aunque la actividad en esta área bailable es a las 8 pm.
Explica que para colmo al fondo de su casa está ubicado el cabaret “El Colmao” en Aramburu entre San Rafael y San José y dice que las actividades de matiné y las nocturnas que se extienden hasta la 2 de la madrugada, son escuchadas por todos los vecinos.
En cualquier lugar que no sea este, donde las leyes no se hacen para cumplirse, pues el propio gobierno es el primero que las transgrede, este hombre no tendría que escribir a un periódico para quejarse. De hecho esta situación no se daría. ¿Cómo quieren que la juventud en los barrios no ponga la música alta, que molesta a los vecinos, si le viene tan de cerca la enseñanza?
Al que se le ocurrió decretar este parque área bailable, seguramente vive en Miramar o en algún lugar donde no lo agreden con la música.
Ciudad de La Habana, 21 de enero de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario