Por Efrén Fernández Fernández, prisionero político del grupo de los 75 condenado a 12 años.
Efrén Fernández Fernández. Foto: Archivo.
La Habana. — Gran enfado e indignación ha causado en la mayoría de la población penal de esta prisión de Guanajay. El artículo publicado en la última pagina del órgano oficial del Partido Comunista, Granma, el día 10 de diciembre, por la panfletista Lourdes Pérez Navarros, quien sarcásticamente recrea una sartas de mentiras repugnantes atreves de una entrevista a la máster en Derechos Hortensia Bonachea Rodríguez, Directora del Control a la Legalidad en los Establecimientos Penitenciarios, conocidos por los presos como el CLEP.
Lo referido por la señora Bonachea sobre el buen desenvolvimiento del derecho a las visitas familiares, y el contacto a través de la correspondencia de los reclusos, con el exterior de la prisión, es una falsedad ridícula que dicta muchísimo de la realidad latente en las prisiones cubanas.
Unos de los casos que demuestra contantemente la falsedad de la señora Bonachea es lo desafortunadamente estoy padeciendo una vez más.
Resulta que el día 4 de diciembre, tuve la visita familiar reglamentaria donde mi hermano y mis hijos me trajeron como literatura alrededor de sietes semanarios Orbes, dos libros, una biblia, tres revistas Bohemia, unos folletos piadosos, y algunas hojas blancas. Han transcurrido 11 días y aun las autoridades carcelarias no me entregan lo que me pertenece. Sin lugar a dudas eso se debe a represarías de la seguridad de Estado por las reiteradas denuncias publicas que recientemente he formulado.
Con respecto a las cartas de los reclusos a sus familiares, amigos, u otras, o viceversas, la señora Máster miente en exceso. Su entrevistadora la señora Lourdes Pérez Navarros, en la sección cuestión de leyes del periódico Granma del 28 de mayo del 2008, al tratar el tema de la inviolabilidad de las correspondencia en unos de sus párrafos decía, “En el caso especifico de los establecimientos penitenciarios el reglamento interno dispone la apertura de la correspondencia no para conocer el contenido del texto, si no para evitar la entrada de sustancias u objetos prohibidos en estos centros”.
Con sus falseados argumentos las señoras Lourdes y Hortensia Bonachea, tienden a ser cómplices de la opresión desatada, por el gobierno que violo fragantemente los Derechos Humanos.
Estas señoras desconocen que la Seguridad del Estado (DSE), el departamento Técnico de Investigación (DTI), y las autoridades penitenciarias, desde tiempos inmemoriales exigen a los presos entregar con tres días de antelación al envió sus cartas, para leerlas y censurarlas minuciosamente, incautando en ocasiones algunas de ellas.
Estas señoras ignoran que las misivas enviadas a los presos corren la igual suerte. Los fiscales del CLEP que según la señora Bonachea verifica el cumplimiento de la legalidad en las prisiones cubanas, le han informado a ella de estas violaciones. La señora Bonachea absurdamente manifiesta que se refuerce los cumplimientos de los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad ¿Como es posible que se refuerce lo inexistente?
La discriminación, la intolerancia, y la mala práctica Penitenciaria cubana es violatoria de los Derechos Humanos. Y como tal no se ajusta a los convenios e instrumentos internacionales que menciona Lourdes Pérez y que el pueblo no puede conocer.
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