Por Alex Eduardo P de la Cruz, estudiante de la Universidad de la Habana
Carteles como este aparecieron en el mes de marzo en algunas bodegas de centro habana, 7 meses después sigue el mismo problema de los impagos aun bajo la amenaza de confiscación de los salarios, pasando por la burda intimidación de quitar los intocables y salvadores “mandados”.
Habiendo conversado con algunos de los “beneficiados” por el cambio de los equipos electrodomésticos, he conocido que mucha de la culpa no es de ellos, una joven me dijo que ella lleva muchísimo tiempo tratando de resolver su problema y lo único que encuentra son obstáculos, “lo que más quisiera yo es acabar de resolver este problema para que no me sigan amenazando con quitarme el refrigerador porque yo tengo un niño chiquito”, “si quieren el refrigerador que me devuelvan el mío”, según ella su problema radica en que es ama de casa y por lo tanto necesita un codeudor para que a este se le realice los descuentos de su salario, “lo que sucede es que nadie quiere meterse en ese problema”, me dijo algo frustrada, siguiendo con la conversación me aseguró, “si lo que ellos quieren es que yo les pague, ¿por qué no me hacen el contrato a mi nombre y yo todos los meses les hago los deposito en el banco?, si la cuestión es el dinero a mi me llegan todos los meses remesas del Yuma”, según sus propias palabras ella si quiere pagar pero los mecanismos existentes se lo prohíben, aquí empezamos a sacar nuestras conclusiones de este rollo carnavalesco.
Pero el problema no acaba ahí, por supuesto también están los sujetos avispados que aprovechan cualquier descontrol para no pagar, están los que han vendido alguno de estos equipos y dicen sin disimulo que no van a pagar, otros reclaman que, “esos refrigeradores se ensamblan aquí mismo en cuba y el precio de costo es inferior a 50 dólares”, entonces, ¿Cuánto cuestan los refrigeradores que entregamos?, ¿Cuánto vale una tonelada de chatarra en el mercado internacional donde el gobierno vendió todos estos refrigeradores antiguos?, ¿por qué tenemos que pagar más de 4000 pesos por los refrigeradores chicos y alrededor de 6000 por los más grandes?, si cambiando los viejos por los nuevos pelo a pelo ya el estado gana.
Todas estas cuentas las sacó un “licenciado en economía” que curso sus estudios en la universidad de la “calle” este pintoresco personaje a medida que hablaba iba subiendo el tono y muchos se acercaban primero a escuchar, luego a dar sus opiniones del tema, una señora exclamó, “el estado es menor de edad, nunca pierde mi’jo” y continuó su andar, unos segundos después se vio aparecer una patrulla en su acostumbrado recorrido que se acercaba al grupito que se había formado, y a la voz imaginaria de rompan fila todos tomaron rumbos diferentes y allí quede yo recordando aquel dicho de, “el estado es menor de edad”, esta expresión la he escuchado muchas veces cuando alguien hace una reclamación a alguna entidad y esta se hace la de oídos sordos, claro un reino dividido contra sí mismo no permanece, será por eso que al querer permanecer por los siglos de los siglos no pierde una oportunidad de lucrar aun mas con la necesidad del pueblo, después no se divide como las células y más tarde sierra sus oídos.
Entonces todo queda en las manos de la sorda burocracia estatal para resolver este fenómeno que alcanza proporciones inimaginables, más de lo mismo, crear una chapucería para arreglar otra chapucería.
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