Esta política de represión y hostigamiento es un ataque contra opositores pacíficos pero sobre todo contra la prensa independiente de Cuba

Por Belinda Salas Tapanes

Presidenta de FLAMUR en Cuba

En Marzo del 2003, el gobierno cubano sanciono a largas penas de prisión a 75 opositores pacíficos durante juicios sumarios sin las mínimas garantías, el objetivo era fragmentar la sociedad civil que se fortalecía en aquel entonces.

Entre los sancionados más de una veintena ejercían el periodismo independiente, mostrándole al mundo la realidad cubana.

Conocida como la Primavera Negra de Cuba, la ola represiva que intento fragmentar y encerrar la prensa independiente fue para el gobierno cubano como un bumerán, el incremento de comunicadores independientes ha sido desde entonces progresivo e indetenible, una muestra más del temor que la dictadura le tiene a la verdad.

Una vez más en su afán de tapar el sol con un dedo, el gobierno cubano y sus órganos de represión intentan frenar el desarrollo de los comunicadores independientes, una de las más déspotas medidas consiste precisamente en decomisar los medios de trabajo de los periodistas.

En esta ocasión el decomiso de una cámara de foto a uno de los activistas de derechos humanos, que recibe un taller de periodismo que imparten los conocidos disidentes Marta Beatriz Roque Cabello y Vladimiro Roca Antúnez en la vivienda de este último, ha generado un plantón, desde el pasado 9 de Octubre exigiendo el cese tales medidas arbitrarias.

El mencionado taller comenzó a ser atacado con amenazas, arrestos y detenciones temporales desde el 2 de Octubre, nada nuevo por estos tiempos en que la seguridad del estado se toma la libertad de decir, hoy no se permite esto o lo otro.

La formación de de decenas de comunicadores independientes a todo lo largo y ancho de la isla, que están al servicio única y exclusivamente de la realidad cubana, comprometidos con la democracia y el mejoramiento de la sociedad, enfrascados en los procesos de cambio que el pueblo reclama es motivo de preocupación para los gobernantes.

Esta política de represión y hostigamiento es un ataque contra opositores pacíficos pero sobre todo contra la prensa independiente de cuba, que se fortalece a pesar la intransigencia del gobierno de no respetar uno de los más elementales derechos como es el de la libertad de expresión.