10/08/2009

Cinco Palma, pueblo olvidado.

Por: Carlos Ríos Otero (periodista independiente).






En la foto Arian y Roberto Guerra Pérez frente al cartel que anuncia a Cinco Palma.

Cinco Palma, es una comarca en el corazón de la Sierra Maestra, ubicada al sur de Cuba en los predios de la región oriental. Su territorio abarca unos 400 kilómetros cuadrado, un área similar a La Habana metropolitana. Se alistan cinco bateys: Vicana Arriba, La Guanábana, Miramar, Los Corrales, Limoncito, La Platica, con una población de unos 2 mil montañeses.

No tuviera nada de trascendencia hablar de Cinco Palma. Sino, por su significado histórico; fuera otra comarca de las más que conviven en la Sierra maestra: La Pimienta, Matías, La Pelúa, La Macha, Los Negros, Ají Guaguao, La Yuca, Ratonera, Dos Bocas, Tejamaní, La Tabla, entre otras comarcas serranas que se consumen en el tedio.

Sin embargo, fueron estos pobres y sencillos lugareños, a finales de diciembre de 1956, que rescataron de la muerte al núcleo sobreviviente de los expedicionarios del yate Granma, que comandaba el joven abogado Fidel Castro. Después de hacer una travesía de 7 días, desde Yucatán, México, a desembarcar en las costas de la Sierra Maestra. Reunieron a 21 guerrilleros, los demás habían sido muertos en combate, prisioneros o rematados por el ejército. Cuando el 5 de diciembre fueron cercados en “Alegría de Pío”.

En los cafetales de Cinco Palma, el 24 de diciembre día de Noche Buena, en la liturgia cristiana. Los palmeros le ofrecieron una cena con cerdo, viandas, frutas y un sorbo de café pilón, de sus cosechas serranas. Acogieron en sus pobres bohíos a los enfermos y desfallecidos. Y, organizaron el traslado de los heridos a las ciudades y trajeron medicinas para que atenuaran sus heridas y padecimientos al resto del destacamento.

Durante los 25 meses que duró la contienda contra el régimen de Batista, los “Fidelistas” salieron victoriosos, en parte se la deben a estos montañeses de Cinco Palma. Fueron, los Guerra Pérez, los García, los Frías, Reyes, Fuentes y otras familias; se ocuparon del núcleo dirigente en esconderlos en parajes inhóspitos para asegurar sus vidas durante toda la contienda. Muchos se incorporaron a la guerrilla, no pocos encontraron la muerte, otras familias tuvieron que emigrar a otras comarcas y desbrozar para sobrevivir la cacería del régimen. Sus bohíos fueron pasto de las llamas ejecutado por el ejército, por apoyar a los insurrectos comandados por Fidel Castro.

Sin embargo, hoy viven en una miseria rampante, olvidados por la nueva dictadura que los “vio nacer”. Que los amamantaron y cuidaron como a sus hijos. Compartieron sus alimentos. No fueran olvidados por la ciudad. Ya que mantuvieron los enlaces con la milicia clandestina de Frank País, en Santiago de Cuba, y en La Habana, con José Antonio Echeverría.

Celia Sánchez, lugarteniente de Fidel Castro, mantenía un correo permanente, usando a éstos serranos, hasta que decidió internarse en la Sierra, aún así fueron sus mensajeros más efectivos y confiable durante toda la contienda, con la ciudad y los jefes clandestinos. Sus arrías de mulos, trasladaron: medicinas, enfermos, mensajes secretos, combatientes, avituallamientos y armamentos. Sus vidas la expusieron en función de los “nuevos próceres’’ de la supuesta libertad y la democracia. Los lugareños, consideran a la élite del poder, traidores de la amistad y la hermandad, a quienes los acogieron en su seno.

Hoy, la comarca está invadida de plantaciones de la mala hierba marabú. Fueron talados indiscriminadamente sus maderas preciosas. La tala de frutales y maderables en general, el régimen de lluvia es escaso, las montañas están escarpadas y las riveras de las aguas son escasas.

No posee un transporte para trasladarse a la ciudad más cercana, Manzanillo, a unos 70 kilómetros, un camino vecinal infernal. No cuentan con un médico en el consultorio para enfrentar los primeros auxilios, ni las medicinas más urgentes. El médico, fue agregado al Plan Barrio Adentro, de Hugo Chávez, para los campesinos y barrios pobres de Venezuela.

Un joven, hijo de esa comarca, en el 2004 por la radio “Mambí” y Martí, denunció con su propia voz los desmanes de la cúpula castrista, que hoy sojuzga a un pueblo en estado de indefensión. Roberto de Jesús Guerra Pérez, se inició en el periodismo independiente con esta denuncia. Hoy, promueve una pequeña agencia bautizada: HABLEMOS PRESS. Que compila de toda la Isla, reportes que notifica al mundo, lo que no divulga la prensa del régimen, censurada por el DOR (Departamento de Orientación Revolucionaria). El DOR, se cuenta que es parte del andamio de la comunidad de inteligencia del castrismo.

Por su periodismo, ya le ha costado la cárcel (prisión Nieves Morejón, 20 meses de confinamiento). Por su valentía y un poco sui géneris en la comunicación, sus colegas le bautizaron: “León de Cinco Palma”. En el choteo popular cubano, le lanzan: “…ruge león…” y déjate de pendejadas. Lo cierto que es para chotear: Que cáscara, ni que jícara, si quieres a cáscara jícara: Rompe la censura castrista. AQUÍ NO HAY PENDEJADAS EN EL PERIODISMO INDEPENDIENTE.

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