Sucesos narrados por el comunicador comunitario Raúl Luis Risco Pérez
Ramón Torres León, anciano de 77 años de edad y vecino de calle Ampliación de Virtudes No.29, en el Reparto Fénix, en Pinar del Río, me mostró su vivienda en total estado de derrumbe, me enseñó donde duerme, el único lugar que no se moja.
“Mire, me dijo, yo he hablado con todo el mundo, esta vivienda no le falta nada para derrumbarse y matarme aquí dentro, mi última gestión para que me vendieran materiales para reparar o reconstruir la casa, fue con Luisa Ferrer, delegada del Poder Popular, le dije: Luisa véndame los materiales a crédito de mi chequera, lo voy pagando, que la casa me va a caer arriba y me va a matar, la respuesta fue: Mira viejo a usted no le podemos vender materiales para que repare o fabrique su casa, porque usted tiene heredero, si usted repara su casa con los materiales que les venda el Estado y muere, el heredero se queda con la casa y el Estado cubano pierde. No quise decirle una barbaridad a esta cruel mujer que representa al gobierno cubano, le di la espalda y me fui. Ya usted puede ver, aquí no puede vivir un ser humano, esto no es vivienda para una persona y menos un anciano”.
“Sé que no terminaré mis días en una casa con un mínimo de condiciones, el gobierno cubano prefiere que esto me caiga encima y me mate que a perder el derecho al yo morir de quedarse con este terreno de tan solo 20 metros por 12”.
“Esto no debe suceder en muchos lugares del mundo”, me dijo el infeliz anciano y se sentó en su sillón al lado de su cama.
Pinar del Río, 30 de setiembre de 2009.
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