Foto: Genrry Rodríguez Martínez enseña un certificado y la Dermatitis sobre infectada que contrajo en las celdas, cortesía Roberto de Jesús Guerra Pérez
La Habana, Cuba, 25 de agosto/ Hablemos Press/ El traslado de un ciudadano de la región central a la capital para tomar declaraciones ponen de manifiesto la burocracia de agentes de la policía cubana. Con este caso, que no es un hecho aislado se demuestra el gasto que hace el régimen militar con los recursos del pueblo, poniendo al contraste la indolencia, la falta de derechos humanos y las condiciones de encierro a las que son sometidos los detenidos en la isla, haciendo de esto una odisea.
Genrry Rodríguez Martínez un ciudadano cubano residente en la vivienda numero 70 de la calle Guillermo Moncada en la ciudad de Sancti Spíritus denunció el pasado sábado en la capital a las autoridades policiales por los trámites que le hicieron al trasladarlo a La Habana para tomarle declaraciones de una acusación que hace un año atrás le habían imputado.
El testimoniante cuenta que fue detenido en la vía pública y al no portar el carné de identidad pues se encontraba cerca de su hogar, fue conducido a la unidad provincial donde al pasarlo por los registros le informaron que hace un año se encontraba circulado por la policía en Ciudad de la Habana y esta lo reclamaba.
“Nunca pensé pasar por esta odisea en mi vida”, expresa llorando el joven de 30 años de edad, en la sede de Hablemos Press. Describe, que de los calabozos de la unidad policial de Sancti Spíritus lo trasladaron el 11 de agosto en un ómnibus Youtong junto a otros detenidos, esposados, custodiados por policías y donde viajaban ciudadanos comunes.
“Esto de viajar esposado junto con ciudadanos es vergonzoso y es una práctica de tortura”, indica. Declara que fueron dispuestos en el depósito de la policía 11na del San Migue del Padrón en la capital. Al día siguiente un patrullero lo llevó a la unidad de Zanja “donde supuestamente me habían hecho una acusación”.
Los días pasaron, las condiciones allí son inhumanas pues las celdas permanecen sucias, hay poca luz, no corre aire y el calor es agobiante, existen chinches en las mantas que te dan, el agua potable escasea, la alimentación es pésima y muy mal elaborada contrastando el mal olor del orine y el excremento.
Los carceleros te maltratan y se ríen a la cara de los detenidos sobre los casos”, denunció. “Esto me cansó y comencé a protestar pues no fue asta el día 22 que me tomaron una declaración porque renuncié a los alimentos y solicité me viera un medico.
Rodríguez presentó a esta agencia un certificado medico que describe una infección en la piel reconocida por Dermatitis sobre infectada que contrajo en las celdas de las unidades donde estuvo encerrado, revela que no solo el se encuentra en esta situación, que el resto de los arrestados también.
Fue puesto en libertad en La Habana pues según argumentaron las autoridades el ciudadano que le realizó la denuncia hace un año viajó definitivamente a los Estados Unidos.
Cada semana entre 300 y 500 personas son deportadas de la capital después de permanecer en las unidades policiales en condiciones similares por ser declarados ilegales. El traslado de esto muchas veces es en trenes o guaguas.
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