7/06/2009

Conozca al verdadero Insulza

Jorge Salaverry
El autor fue embajador de Nicaragua en España entre enero de 2003 y enero de 2007.

La Prensa - El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, llegó el viernes a Honduras como portador de una dura resolución de la asamblea general que él mismo se encargó de promover, redactar y conseguir que se aprobara. En ella se exige “la restauración inmediata, segura e incondicional” de Manuel Zelaya a la Presidencia de Honduras, señalando que si en un plazo de 72 horas no prospera lo perentoriamente exigido, la OEA aplicaría “inmediatamente” el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana para suspender a Honduras. Ya sabemos que el nuevo gobierno se adelantó y Honduras se retiró voluntariamente del organismo regional.

Pero dada la relevancia del cargo que desempeña Insulza en la OEA, y del papel que personal e institucionalmente está jugando en el conflicto hondureño, puede resultar muy interesante conocer quién es ese personaje más allá de lo que dice su biografía oficial, para así poder formarnos un juicio sobre su posible parcialidad o imparcialidad en el asunto. Lo haremos utilizando sus propias palabras.

El 27 de noviembre de 2006, en la ciudad de Madrid, España, José Miguel Insulza dictó una conferencia en la que puso de manifiesto sus simpatías políticas. Al preguntársele ahí si creía que era posible ver a corto plazo unas elecciones libres en Cuba, Insulza sonrió pícaramente, y rascándose la parte posterior de una oreja, empezó por decir que “una de las grandes fuentes de legitimidad del sistema cubano se llama Fidel Castro, y esto lo digo con mucho respeto y casi una admiración por el personaje”. Como introducción no está mal, ¿verdad?

Pero veamos qué más dijo Insulza, textualmente: “Yo soy un gran convencido que el sistema cubano puede evolucionar en la medida en que respetemos lo que los cubanos quieran, y segundo, que no intentemos imponer soluciones, o crear una agitación o un proceso conflictivo dentro de Cuba”. Y concluyó diciendo. “En suma, yo creo que nosotros podemos cooperar mucho en la transición en Cuba diciendo claramente que queremos una transición y que queremos que haya democracia, pero al mismo tiempo no pretendiendo imponerla desde fuera y dándole todo el tiempo que sea necesario”. Pues ahí lo tienen.

El arrogante secretario general de la OEA, que con ínfulas de pretor romano se presentó el viernes en Honduras para “exigir” que en un plazo de 72 horas se “restaure la democracia y el Estado de Derecho”, es el mismo que dice que a Cuba, un país que sufre una brutal tiranía que sobrepasa ya los cincuenta años, hay que darle “todo el tiempo que sea necesario” para que regrese a la democracia.

El Insulza que el viernes pasado en Tegucigalpa no quiso reunirse con el presidente Roberto Micheletti para supuestamente no legitimarlo, es el mismo que considera que Fidel Castro “es una de las grandes fuentes de legitimidad del sistema cubano”.

El Insulza que no escucha el clamor de miles de hondureños que se han estado manifestando pacíficamente para que su país se mantenga libre de las irrespetuosas y desestabilizadoras intromisiones de Hugo Chávez, y que lo único que quieren es vivir en libertad y en democracia, es el mismo que dice que debemos “respetar lo que los cubanos quieran”, como si los pobres cubanos tuviesen posibilidad de manifestar lo que quieren.

El Insulza que dice que “no hay que intentar imponer soluciones o crear una agitación o un proceso conflictivo dentro de Cuba” es el mismo que con sus arrogantes, irresponsables y apresuradas exigencias, y valiéndose de su poderosa influencia en la OEA, está promoviendo el enfrentamiento violento y la desestabilización de Honduras.

Insulza pretendió ser el candidato socialista a la Presidencia de Chile en las elecciones que se celebrarán en diciembre de este año. Al no conseguirlo ha optado por buscar su reelección en la OEA, para lo cual necesita el apoyo de Chávez y compañía, y cree que la crisis hondureña le da una oportunidad de oro para obtenerlo, para lo cual, obviamente, tiene que hacer lo que Chávez quiera.

Nadie puede quitarle a Insulza el derecho de sentir “admiración” por el decrépito dictador cubano, como tampoco nadie puede impedir que los ciudadanos hondureños sepan quién es la persona que desde la cima de la OEA y bajo la dirección y tutela de Castro y Chávez está pretendiendo que en Honduras se haga lo que aquéllos, a través de él, quieren. Y si acaso alguien quiere verificar lo que Insulza dijo, lo invito a que se dirija a la siguiente dirección en Internet:

http://www.youtube.com/watch?v=nB0fNl4uB-Y

A mi, por desgracia, me tocó escuchárselas decir personalmente.

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