"Uno editaba materiales de vídeo sobre pelota en la Televisión Nacional Cubana. Daba lástima su lamento publicado en los cables. Suspiraba que lo único triste era que su querida madre y su adorada novia no viajaron con él. Se había ido desde el primer día que la delegación llegó a San Diego", afirma Castro sobre la primera deserción, ya conocida.
"El otro -agrega- escribía en (el diario oficial) Juventud Rebelde del mismo tema. Éste había salido varias veces, pero esperaba el Clásico para realizar su felonía. Estaba constantemente junto al equipo. Era baboso. Dos horas antes de la partida hacia el aeropuerto para regresar, desapareció".
Según el ex mandatario, "esos casos sirven para resaltar el mérito de los atletas de nuestro digno equipo nacional, dispuestos a dar su vida por la Patria".
Respecto al primer caso, medios estadounidenses informaron el pasado martes que el técnico de televisión estatal cubana Yuri Boza abandonó en San Diego al grupo que acompañaba al equipo de béisbol para viajar a Miami y pedir refugio político en ese país.
Boza, de 31 años, dijo en Miami que tanto los jugadores como los técnicos cubanos estaban sometidos a una "extrema presión" por el Gobierno de la isla para que consiguieran unos resultados destacados en el II Clásico Mundial de Béisbol, del que fueron eliminados por Japón en la madrugada del jueves.
"Los segurosos (agentes de la seguridad cubana) han mantenido a los peloteros bajo un control severo, sin dejar que se les acerque nadie", relató.
No hay comentarios:
Publicar un comentario