El régimen cubano celebró ayer a su modo el Día Mundial de los Derechos Humanos: una treintena de opositores de distintas agrupaciones fueron detenidos entre ayer y anteayer en la capital y en las provincias de Villa Clara y Santiago de Cuba, según denunciaron fuentes de la disidencia interna.
El arresto de los opositores de las provincias se produjo cuando se disponían a viajar a La Habana para participar en los actos programados ayer en protesta por las violaciones a los derechos humanos. Entre los detenidos figuran Jorge Luis García «Antúnez», Guillermo Fariñas, Idania Yanes o Lázaro Alonso, señaló a ABC el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez, que subrayó que la mayoría seguía bajo arresto ayer por la tarde.
En el momento de su detención. Alonso perdió el conocimiento como consecuencia de «los golpes que recibió de la Policía, que así se lo llevó preso y 24 horas después no sabemos nada de su paradero», denunció Sánchez, que preside la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn). El disidente cubano destacó el «modo sui generis» que tiene el régimen de los Castro de celebrar el Día de los Derechos Humanos: «con represión política pura y dura». Fuentes de la Agenda para la Transición denunciaron además que las autoridades amenazaron con una respuesta «contundente» si se celebraba la «actividad contrarrevolucionaria» convocada en la casa de uno de los miembros de esta plataforma, Vladimiro Roca.
Ratificación de pactos
Precisamente ayer, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, aseguró que el proceso de ratificación de los pactos sobre derechos humanos seguía su curso y que «no debe haber dudas» de que las decisiones del Gobierno al respecto «son serias», informa Efe. Al inaugurar un taller sobre «La Declaración Universal de los Derechos Humanos: 60 años después», el ministro de Exteriores dijo que la ratificación del pacto sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, firmados en febrero, «no será ahora» en la próxima sesión del Parlamento (el día 27), aunque «están en proceso».
El disidente Oswaldo Payá también dejó oír su voz al reclamar a la ONU que exhorte al Gobierno de Raúl Castro a respetar los derechos humanos. El líder del Movimiento Cristiano Liberación afirmó en un mensaje que «muchos de los derechos fundamentales no están garantizados de manera transparente y plena».
El movimiento de Payá, que promueve el Proyecto Varela, denunció también ayer el allanamiento de la casa del disidente Minervo Chil Siret, donde robaron «miles de firmas» en apoyo a esta iniciativa que propone un proceso de transición a la democracia en Cuba. El comité gestor del Proyecto Varela, iniciativa emprendida en 2002 y relanzada este otoño, indicó en un comunicado que «en una reacción desesperada para detener el avance de la recogida de firmas, el régimen de Castro (...) ha sustraído miles de firmas pendientes por entregar y los nombres, direcciones y la lista de los firmantes».
Un grupo de las Damas de Blanco, familiares de los 75 disidentes encarcelados en 2003, protagonizó una marcha hasta el Capitolio, en La Habana, y repartió flores y ejemplares de la Declaración Universal.