LA HABANA (AFP) — Las autoridades lanzaron alertas este sábado en seis provincias del oriente de Cuba a fin de comenzar evacuaciones en zonas de riesgo ante el avance de Ike, convertido en peligroso huracán categoría 4, que amenaza a toda la isla, una semana después del impacto de Gustav.Ike, con categoría 4 en la escala Saffir-Simpson -de 5-, vientos de 215 km/h, representa una "amenaza real y seria" para Cuba, dijo un moderador de la televisión local, al llamar "a tomar las medidas indispensables para evitar la pérdida de vidas humanas y atenuar en lo posible el impacto" del ciclón.
La alerta comprende las provincias orientales de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas y Camagüey, y la fase informativa se activó en las centrales Ciego de Avila, Villa Clara, Sancti Spiritus y Cienfuegos, y en la occidental Matanzas, según la nota emitida por el Estado Mayor de la Defensa Civil (DC).
"Todos estos territorios deben considerar que Ike puede afectar al país como un huracán de gran intensidad por lo que las medidas de protección que se adopten deben corresponderse con estas características", añadió la disposición de la DC.
Según el Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet), Ike se ubicaba al final de la tarde de este sábado a 590 km al Este de Punta Lucrecia, en Holguín.
"A partir de la mañana del domingo las lluvias se incrementarán en la región oriental y pueden ser fuertes e intensas en zonas de la costa norte", y en el litoral norte desde Camagüey hasta Guantánamo "habrá inundaciones costeras en zonas bajas", precisó el Insmet.
Ike "representa un peligro para todo el territorio nacional (...) esa es la gran preocupación que tenemos, y por eso hay que estar muy atentos a las informaciones y a la evolución de este peligroso huracán", advirtió por su parte en la televisión cubana el jefe del Centro de Pronósticos del Insmet, José Rubiera.
Cuba, que tiene un sistema de prevención reconocido a nivel internacional por su eficacia, fue azotada hace una semana por el huracán Gustav que atravesó la isla por el occidente sin dejar víctimas mortales, pero sí grandes destrozos.
Cálculos preliminares señalan que unas 140.000 viviendas fueron dañadas o destruidas, así como 600 escuelas, infraestructura eléctrica y de comunicaciones, talleres, granjas y cultivos, cuya recuperación costará entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, según el líder Fidel Castro.
La amenaza de Ike se produce cuando La Habana comenzaba a recibir ayuda de emergencia. Rusia envió esta semana 120 toneladas de materiales de construcción, casas de campaña y unos 100 km de cables eléctricos.
También ofrecieron ayuda Estados Unidos, Colombia, Venezuela, México, Brasil, Argentina y China, entre otros países.
Cuba pidió a Washington este sábado que levante restricciones comerciales y autorice a compañías norteamericanas a otorgar créditos privados a la isla para la compra de alimentos, "si realmente tiene una voluntad de cooperar con el pueblo cubano ante la tragedia del huracán" Gustav.
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