A lo largo de la mañana, más de veinte particulares se acercaron a la delegación municipal de la agricultura de Bejucal, pueblo de la provincia de La Habana, para cursar sus peticiones, a pesar de que el reciente paso de dos huracanes en díez días había golpeado los cultivos de más de uno de ellos.
“Yo ya sé la tierra que quiero, la vi y tiene cerca un arroyo y sé que va a rendir”, dijo a Efe Hipólito, de 55 años, que hoy pidió tres hectáreas que tenía “marcadas” y piensa trabajar junto con su hijo de 25 años.
El campesino, que ya tiene una parcela cerca del pueblo de Managua, ahora quiere plantar cultivos de círculo corto, como boniato y calabaza, y sembrar hortalizas, “que ya se acerca el tiempo”, dice.
Aunque los huracanes afectaron algunas de las plantas de plátano y los árboles de su actual parcela, algo que le llevará trabajo recuperar, aseguró que no se desanima ni desiste de la idea de tener más tierras, porque “hay que aprovechar” la oportunidad.
Para ello tendrá que esperar entre 78 y 108 días, explicó a Efe la delegada del municipio, Maritza Rodríguez, quien, no obstante, señaló que hay instrucciones para que “se agilicen al máximo” los trámites.
El proceso que comenzó hoy, plasma una medida que fue anunciada en abril, pero que ha debido esperar a julio para encontrar marco legal en forma de decreto.
La norma permitirá a todos los particulares que lo soliciten tener hasta 13,4 hectáreas de tierras, y hasta 40,3 si ya poseen algún terreno en plena producción.
El plan busca poner a trabajar la tierra cultivable ociosa, hoy más del 50 por ciento del total, y es parte de una reforma que desarma la centralización de la agricultura que ha primado durante décadas para traspasar a entes locales la misión de planificar y satisfacer sus propias necesidades.
El objetivo es disminuir la alta dependencia de alimentos del exterior que tiene hoy Cuba, que importa alrededor del 80 por ciento de sus necesidades y este año tenía previsto gastar en ello 2.000 millones de dólares antes del paso de los huracanes.
Con más de 5.300 toneladas de alimentos perdidas por los huracanes y problemas para abastecerse en los próximos meses por los daños en cientos de miles de hectáreas de cultivos, lo que ya era para Raúl Castro una cuestión de “seguridad nacional” ahora es de supervivencia.
La ministra en funciones de Agricultura, Carmen Pérez, afirmó el pasado día 9 que ahora hay que potenciar los cultivos de ciclo corto porque de ello depende que los cubanos puedan tener comida en los próximos meses.
La entrega de tierras no cambiará la titularidad de la propiedad, que continuará siendo estatal, pero el uso de los terrenos ociosos pasará a las personas naturales por 10 años y a las jurídicas por 25, en ambos casos con la posibilidad de prórrogas por plazos similares.
Habrá contratos anuales para definir los planes de producción.
Según el decreto de julio, pueden aspirar al usufructo granjas, entidades estatales no agropecuarias, organizaciones cooperativas y “personas naturales cubanas con capacidad legal que se encuentren aptas físicamente para el trabajo agrícola”.
En el plazo de quince días se decidirá la idoneidad del candidato al usufructo por medio de un “aval” de las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) y posteriormente se asignarán las tierras, de las que alrededor de un 90 por ciento de lo producido irá a parar al Estado.
Además, los productores deberán pagar un impuesto sobre la tenencia de la tierra de cuantía aún no divulgada.
“Esperaba menos gente hoy, me ha sorprendido”, dijo la delegada Rodríguez al comentar la afluencia de campesinos.
Según ella, aunque sabe que las cooperativas de la zona están interesadas en la concesión de más tierras, aún no se han presentado para formalizar la petición.
“Deben estar esperando a que se acaben las colas”, comentó.
Noticias24 - Vía EFE
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