DIARIO LAS AMÉRICAS
Una importante agencia internacional de prensa difundió desde La Habana, hace un par de días, uno de esos despachos que, a veces, nos hacen preguntar cuán informados estamos de lo que “de verdad” sucede en el mundo.
No voy a citar a la agencia noticiosa, porque errores los cometemos todos, aunque algunos alarman por su reiteración. El despacho en cuestión se refería a los cambios introducidos por el gobierno de Raúl Castro; y en un contexto en el que parecía como que el régimen castrista estaba en franca evolución política citaba “la entrega masiva de tierra” a los cubanos.
Confieso que mi primera reacción fue de sorpresa. Algo había sucedido en Cuba en los últimos días que se me había escapado, lo había pasado por alto en medio de las vueltas y revueltas cotidianas.
Hasta donde yo sé, se habían creado comisiones de agricultura (especie de pequeños ministerios) en los 14 municipios del país que tienen a su cargo determinar, cuáles agricultores reúnen los requisitos (responsabilidad, eficiencia productiva, etc.) para recibir tierra agrícola ociosa y ponerla a producir.
Hasta donde la realidad confirma, esas comisiones tienen la capacidad de evaluar las solicitudes planteadas por algunas familias, con conocimientos de agricultura, que aspiran a trabajar pequeñas parcelas.Todo muy bien y lógico.
Nada de eso tiene que ver con “la entrega masiva de tierra” a los cubanos, de la cual hablaba el despacho noticioso, fechado en La Habana. Un colega me llamó desde Santiago de Chile, entre sorprendido y eufórico, para ahondar sobre la información. Lamento haberlo defraudado. De cualquier forma lo remití a la oficina en La Habana de la entusiasta agencia de prensa, si acaso quería precisar mayores detalles.
Pero nada, no hay nada. Nada de nada. Quizás el redactor que lo escribió lo hizo con el entusiasmo que genera le esperanza de convertir en realidad nuestros anhelos. Quizás a fuerza de repetir que en Cuba se están produciendo cambios significativos, algunos piensen que se pueden conjurar los demonios del inmovilismo y el estancamiento de la gerontocracia en el poder. Sucede que cuando se escribe para el resto del mundo los periodistas tenemos que ser más precisos en utilizar los conceptos y las palabras, porque esos instrumentos de nuestro trabajo, se convierten en falsos heraldos de una buena nueva, que ni es nueva, ni es buena. Sencillamente porque no es cierta. No se ajusta a la realidad.
No conozco, todavía, ninguna información concreta que pueda citar, cuándo, dónde y cómo, se ha producido esa “entrega masiva de tierras”. Me gustaría mucho disponer de esa información concreta, pero hasta ahora, parece que no hay quien pueda confirmar el asunto.
Uno pudiera decir que algo semejante le ocurre a algunos dirigentes de la Unión Europea, que aplauden y pregonan la apertura del gobierno del general Raúl y enarbolan como prueba de esa apertura, la venta de computadoras, ollas arroceras, telefonía celular y hospedaje hotelero. ¡Todo un muestrario de indicios democratizadores!
Este lunes 16 de junio, quizás veremos mucho de esto en la reunión que celebrarán en Bruselas los 27 cancilleres de los países miembros de la Unión Europea, para decidir si mantienen o eliminan las medidas adoptadas en el 2003 contra la dictadura castrista. Recordemos que fueron aprobadas como respuesta a la represión desatada contra los opositores internos. Para algunos ya eso pertenece al pasado; afirman que ahora las cosas son diferentes bajo el gobierno del general Raúl. Para ellos hay una nueva situación que permite ver las cosas color de rosa… si se utiliza el cristal adecuado.
El propio presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió el asunto hace tres días cuando recibió en Madrid a su colega mexicano, Felipe “Lo pasos que se dan en Cuba tienen un color positivo”, afirmó Zapatero. En honor a la verdad hay que reconocer que al menos, Zapatero, fue más honesto o menos ingenuo cuando precisó: “Yo siempre quiero ver las cosas de manera optimista”.
Bueno, no hay que criticar al gobernante socialista español por esa actitud ante la vida. Ser optimista es siempre mejor que ser tonto.
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