martes 8 de abril de 2008 6:00:00
Acaba de recibir el Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital, que entrega el diario español El País. El blog Generación Y vuelve a estar en los titulares de la prensa.
¿Considera que su premio, así como el de Raúl Rivero en 2007, es un espaldarazo al periodismo independiente?
Sí. No soy periodista y este premio, además, significa un reconocimiento al periodismo ciudadano, al discurso civil, a la opinión del individuo, y que las visiones personales de la cotidianidad son bien recibidas. Recibir este premio ha sido una sorpresa muy linda para mí. Sinceramente, no lo esperaba, mucho menos a una edad tan temprana. Por otra parte, demuestra que la prensa oficial cubana está caduca y que poco o nada refleja los intereses y la vida cotidiana del ciudadano.
¿Sabe cómo se ha recibido la noticia en la Isla?
No he tenido ninguna noticia que se relacione con alguna institución oficial, ni siquiera de la Unión de Periodistas de Cuba. El premio coincidió con el cierre del Congreso de la UNEAC y seguramente la noticia se filtró en el Congreso o en algún otro medio oficial.
¿Qué es lo que sigue para Yoani?
Seguir escribiendo, a pesar de las dificultades. Todo el tiempo invertido, las largas caminatas buscando un cibercafé y la tensión que todo esto genera, han valido la pena. Me mantengo muy positiva en que me darán el permiso de salida para ir a recoger el premio el 7 de mayo, pues no creo que el gobierno quiera hacer un papelazo prohibiéndome la salida. Mis próximos escritos serán sobre la "tramitología" que enfrentaré, así podré compartir con los lectores el día a día previo al viaje a España y muchos se darán cuenta de las trabas y de lo difícil que es conseguir un permiso para salir de tu propio país.
¿Cómo se decide usted a hacer público un discurso que por años mantuvo en la intimidad de su casa, con su familia?
Yo reflexionaba que la mejor fórmula para evadir la vigilancia, los controles y la censura es decir realmente lo que uno piensa y poner su cara y su nombre en las opiniones, porque de esa manera desarticulas todo un andamiaje de observación sobre tu persona; mostrar públicamente las cosas que a uno no le gustan, las opiniones contrarias a las opiniones oficiales. Pienso que es el mejor método para autoprotegerse, porque si escondes, entonces esas cosas se vuelven en contra tuya.
De alguna manera es lo que quiero hacer con el blog, una autoterapia medicada por mi misma, hacer catarsis de las cosas que pienso y que no puedo publicar, no puedo decir en la prensa oficial. Primeramente, porque no soy periodista. Soy filóloga de profesión, pero después que regresé de Suiza, donde estuve dos años, no he trabajado más oficialmente.
Me dedico a hacer traducciones al alemán o cualquier trabajo que aparezca freelance, que me dé un poco de dinero para sobrevivir, pero no trabajo para el gobierno. Hago periodismo, trabajo para la Revista Consenso, de debate y reflexión, que hacemos seis personas. Es una manera de sacerdocio, porque es una revista que nos lleva mucho tiempo, recursos personales, nos crea un montón de problemas y suspicacias y sospechas entre la intelectualidad cubana, entre la propia oposición, pero que al final disfrutamos mucho.
¿Cómo decidió hacer un blog?
Regrese a Cuba en 2004 y desde entonces trabajé en Consenso. La revista ha sido durante tres años el combustible necesario para la idea de crear un blog; trabajar en grupo, reflexionar, debatir, confrontar opiniones, utilizar la infraestructura de internet y aprender a moverme en ella.
Empecé el blog en abril-mayo de 2007. Fueron muchos elementos los que influyeron para su creación. Primero, conocí la tecnología bloguer y después, cuando conocí el blog Mi isla al mediodía, pensé que era un buen ejemplo para mí, porque era lo que yo estaba buscando: un espacio sin una línea editorial, sin un perfil, sin jefe, sin la sobriedad de una publicación periódica, donde yo pueda decir las cuestiones de cada día.
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