3/04/2008

Zapatero, Rajoy y Cuba

José Luis Rodríguez Zapatero (izq.) y Mariano Rajoy (dcha.), durante el primer debate televisivo. En el centro el moderador, Manuel Campo Vidal

José Luis Rodríguez Zapatero (izq.) y Mariano Rajoy (dcha.), durante el primer debate televisivo. En el centro, el moderador, Manuel Campo Vidal. (AP)

Cuentan poco, pero saben lo reñido de la puja: unas miles de boletas pueden variar la decoración del juego. Son los cubanos nacionalizados españoles, que se disponen a votar el 9 de marzo en las elecciones generales. Algunos arriban a la fecha con la duda de entregar el voto a los partidos más activos contra el régimen de La Habana, o a los más tolerantes con la inmigración y el progreso social. Hay para todos.

"Quisiera votar, pero no puedo, todavía no soy española", dice Yordanis, una pinareña de 27 años que vive en Andalucía desde hace cinco. "Si pudiera, lo haría por el Partido Socialista, porque aunque ha sido un poco ingenuo sobre Cuba, es lo que más conviene aquí, donde vivimos, para evitar que gane la derecha más retrógrada y antiinmigrante", añade.

Yordanis no forma parte del selecto grupo de 67.171 cubanos (35.786 en España y 31.385 dentro de la Isla) con derecho potencial al voto, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas de España (INE) y del Consulado General en La Habana, respectivamente.

Se conforma, no obstante, con "pedir el voto" a otros conocidos y familiares, a quienes intenta convencer de que "el mal menor es José Luis Rodríguez Zapatero". Lo contrario que Idalmis, de 41 años de edad y residente aquí desde hace 11, para quien Mariano Rajoy (Partido Popular, PP) es la opción menos mala.

"Los compromisos de ambos partidos son casi iguales, además de que no veo ningún discurso antiinmigrante en el PP. Si no se regula la inmigración, esto será un desmadre", alega convencida.

El programa del Partido Popular incluye una especie de "contrato" que deberán firmar los inmigrantes si desean permanecer en el país. Desde las filas socialistas se tacha el plan de los conservadores de "xenófobo e inconstitucional, porque la ley es igual para todos, nativos y extranjeros".

En 2007, unos 82.000 cubanos residían legalmente en España, de acuerdo con datos del padrón municipal. Más de 4.000 obtuvieron la documentación legal tras la amnistía impulsada por Zapatero en 2005, pero todavía no tienen derecho al voto. Las cifras del interior de la Isla, facilitadas por el Consulado General de España en La Habana, se corresponden con los ciudadanos inscriptos hasta el 1 de diciembre de 2007.

Libertad de voto

Las organizaciones cubanas en España, que en realidad tienen una influencia limitada por el presunto "apoliticismo" de los inmigrantes, prefieren no mojarse en temas de preferencia electoral, al menos públicamente.

Desde la Fundación Hispano Cubana (FHC) alegan que "no tomarán posición" al respecto.

"Que la gente vote por el que quiera", afirma una fuente de la institución, fundada en el año 1996 con el apoyo del entonces presidente conservador José María Aznar (PP).

En cuerda similar se manifiesta Elena Larrinaga, presidenta de la Federación Española de Asociaciones Cubanas (FECU), creada en 2007: "No pediremos el voto por nadie en específico", que los hispano-cubanos voten por "el que quieran". Lo que sí pide Larrinaga —al partido que gane— es "ayuda para Cuba, para que nuestro país alcance un régimen de libertades como el que tenemos en España", añadió.

Como la FHC y la FECU, la Plataforma Cuba Democracia Ya! se abstiene de señalar un preferido, pero convoca a los cubanos con derecho al voto a "hacerse sentir" el 9 de marzo próximo y los invita a tener presente a los partidos que "consecuentemente han defendido la causa de la democratización de Cuba" y los que "han ayudado a los emigrantes cubanos".

Unos 35 millones de españoles están llamados a las urnas para elegir Senado y Congreso de entre unas setenta formaciones políticas. El rey Juan Carlos I, en su calidad de jefe de Estado, convocará al líder de la lista más votada y le pedirá que se someta a un debate de investidura. Los diputados electos en la cámara baja elegirán entonces al presidente del gobierno.

De la cifra global de votantes, unos 300.000 son extranjeros con nacionalidad española.

Expectación en la Isla

No les afecta directamente un resultado u otro, pero las relaciones Madrid-La Habana pesan demasiado desde 1996. También las afinidades ideológicas. La disidencia interna mira al 9 de marzo casi con la misma expectación que al noviembre norteamericano.

"Ese es un problema de los españoles. Tengo buenos amigos tanto en el PP como en el PSOE, e incluso en partidos de Cataluña, que han sido muy solidarios. Lo que deseo es que tengan un excelente proceso electoral", dice el economista independiente Oscar Espinosa Chepe, consultado por ENCUENTRO EN LA RED.

A la pregunta (común a todos los interrogados) de qué pediría al próximo presidente del gobierno español, fuese Zapatero o Rajoy, responde Chepe: "Mantener contactos con toda la sociedad, entre ellos nosotros, los disidentes. Que ayuden a la reconciliación de todos los cubanos y apoyen un posible proceso de cambio".

Más contundente se muestra la también economista Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Afirma que "a título personal" prefiere una victoria de la derecha.

"El PSOE ha dado espaldarazos al gobierno cubano. [El canciller] Moratinos ha sido impreciso cuando se ha referido a los presos políticos. Dice que han sido liberados gracias a su gestión. Esto no se ajusta a la verdad", argumenta Roque.

Igual que Espinosa Chepe, quiere que el ganador preste más atención a la oposición interna, "porque ahora nos minimizan, como mismo nos minimiza el gobierno cubano".

Guillermo Fariñas, periodista de la agencia villaclareña Cubanacán Press, denuncia que la prensa oficial cubana "está en función de que no gane el PP". Dice que como periodista y demócrata quiere que venza "el que desee el pueblo español", pero como disidente y político se decanta por el PP.

Diametralmente en el lado opuesto, el portavoz del Arco Progresista, Manuel Cuesta Morúa, toma partido por una victoria del socialista Rodríguez Zapatero: "En lo que toca a la política cubana, coincide con nuestro punto de vista sobre cómo la comunidad internacional debe incidir en este tema".

Obviamente, aclara Morúa: "tenemos un gran respeto por la decisión del electorado español".

Las relaciones entre la disidencia y el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, han sido tensas en los últimos cuatro años; pero sobre todo en las formas, "porque en el fondo todo el mundo sabe que el PSOE no comulga con la dictadura de los Castro y cualquier intento de vincularlo con el régimen es una manipulación burda e interesada", admite una fuente del exilio.

Todas las encuestas dan ganador al Partido Socialista, aunque con escasa ventaja sobre el Partido Popular. Contrario a lo que ingenuamente se piensa dentro y fuera de la Isla, el tema de Cuba —y la política exterior, en sentido general— no parece interesar demasiado a los votantes españoles. En el primer debate televisivo entre los dos principales candidatos, que vieron 13 millones de espectadores, la única mención a Castro y Chávez no pasó de cinco segundos.

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