En este caso se trata del artículo aparecido en el periódico Granma del pasado 17 de diciembre de 2007 firmado por su director, Lázaro Barrado Medina, quien además es miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular y panelista del selecto grupo de comunicadores que integran las mesas redondas. Estas últimas devenidas tribunas del Gobierno cubano cuyas deliberaciones relejan la política del estado totalitario.
El propio señor Barredo aparece como coautor del libro “El Camaján”, donde la figura de Elizardo se asocia con el sustantivo que sirve de titulo al libro. Es decir, con la de un individuo aprovechado, holgazán y simulador.
Pero el verdadero propósito del referido documento, así como el de una mesa redonda que le antecedió, parece haber sido la descalificación de Sánchez Santa Cruz en su condición de líder opositor, mostrándolo como un agente de la Seguridad del Estado.
El fracaso no pudo ser peor para la policía política. Lejos de originarse el esperado distanciamiento de los disidentes por la duda y la intriga sembradas en torno a la figura del presidente de la CNDHRN, el prestigio de éste se vio favorecido. La patraña urdida era muy grosera.
La inteligencia natural y la lógica espontánea rechazaban el embuste; la conclusión era bien sencilla: si Elizardo fuese tal agente no fuera descalificado sino elevado a la categoría de héroe al lado de los Cinco; o cuando menos, mostrado en su condición de revolucionario ejemplar, tal y como fueron exhibidos los delatores y soplones infiltrados en la oposición y develados en la primavera de 2003.
Agotado el recurso de sembrar la duda y el escepticismo ahora se pretende mostrar al líder opositor como un destacado “mercenario” al servicio del Imperio-Estados Unidos- y lleno de dólares. Los peores epítetos pasan a caracterizarlo como un individuo ególatra, ambicioso, parlanchín, lleno de arrogancia y pretensiones.
No es la primera vez que el régimen cubano intenta descalificar a figuras prominentes de la oposición; tal práctica es, por demás, un recurso usualmente esgrimido por las dictaduras. Los propios que gobiernan hoy fueron catalogados de “muerde y huye”, “bandidos”, “come vacas” y otros similares por la dictadura anterior de Fulgencio Batista.
Pero lo más doloroso y repugnante de todo esto es la impunidad con que los voceros del régimen denigran a los opositores frente a la imposibilidad de éstos para responderles; para ejercer la legítima defensa. Porque sería bueno y necesario conocer los criterios de Elizardo Sánchez respecto a todo lo que le impugna el señor Barredo.
Además, seria bueno conocer la opinión que le merece este último a aquel. Quien quita y Elizardo pudiera decirnos algo sobre la vida que lleva el vocero del régimen. Posiblemente su Standard de vida difiera notablemente del que lleva un ciudadano común.!El diablo son las cosas! Personalmente no creo que ande en guagua y mucho menos litigando en la cola de los mandados de la libreta de racionamiento.
De cualquier modo el cuestionar públicamente la figura de una persona con las peores imputaciones ante la imposibilidad de este para responderlas, es como abofetear al que tiene las manos atadas. Eso es entendido por los hijos de esta tierra, desde siempre, como un acto de cobardía. Impropio de un hombre de honor.
Pienso que la mejor forma de forjarse un criterio imparcial, sería conociendo y tratando al opositor Sánchez Santa Cruz. Le aseguro a cualquiera que su persona y las condiciones materiales en que vive distan mucho del arrogante, opulento, pretencioso y oportunista que nos pinta el señor Lázaro Barredo. Hágalo, no se quede con una sola versión del asunto; con una sola cara de la moneda. Practique aquello que aconsejaba el filósofo medieval, Santo Tomás de Aquino: Ver para creer.
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