Vivió Martí solo para legar su pensamiento y su férrea fe en un mundo mejor que aun no llega para Cuba; pero que, definitivamente, será regido por su elevadísimo pensamiento.
Cuba ha dado grandes hombres y enanos también; pero será Martí, por la pureza de sus ideas y la lógica aplastante de sus convicciones quien ayude un día a enderezar una Patria deforme e infeliz.
El pensamiento martiano es el terror de los déspotas, es el antídoto de cual se servirá la Cuba del mañana para sanar las mordeduras terribles de las víboras que la han descarnado hasta hoy. Será el ideario martiano el ungüento natural para cerrar sus heridas y unir en el amor sincero e indestructible a todos los cubanos.
Nada en Martí refleja un déspota, nada en esa alma elevada comulga con la doblez o la maldad y eso es lo que él o los tiranos temen. Desde el primer día de engendro revolucionario se dieron a la tarea de tergiversar a Martí, a tratar de hacerlo cómplice de la barbarie y la atrocidad, lo quisieron involucrar en el genocidio físico y moral del pueblo de Cuba.
Pero luego de casi 50 años continúa siendo José (Pepe) Martí el lucero cegador que le recuerda al pueblo que el único camino es la libertad, la dignidad y el sacrificio de la vida misma por alcanzar estos derechos naturales del hombre.
Basta leer solo unas estrofas de Martí para darse cuenta de que si viviese hoy estaría preso junto a Biscet o fusilado; nada en Martí tiene que ver con la monstruosidad que no solo vive Cuba, sino que se extiende con fuerza terrible sobre nuestra América.
Hoy Martí hubiera sido un disidente cubano, uno de tal magnitud que la pandilla castrista temblase de solo oír su nombre. Pero Martí nació y murió en la época correcta, fue el arquitecto de un edificio colosal que aún está por construir: el de la libertad, la dignidad, la humanidad y el amor.
Dijo Martí: "Una revolución es necesaria todavía: la que no haga Presidente a su caudillo, la revolución contra las revoluciones: el levantamiento de todos los hombres pacíficos, una vez soldados, para que ni ellos ni nadie vuelvan a serlo jamás." Y dijo también este genio nuestro:"Los hombres que desean sinceramente una condición superior para el linaje humano no pueden ser cómplices de la política de policía que anda predicando el desdén de la política." ¡Que terrible enemigo tiene en Martí Fidel Castro!
Deberían no solo los cubanos leer a Martí, sino los pueblos de América, para los que el trabajo y luego también educación, era una lucha particular del apóstol, pues solo un pueblo instruido puede llegar a ser libre y comienza a ser esclavo cuando deja de importarle la elevación del espíritu humano.
Y a la América que hoy ve asombrada como se le viene encima la sombra siniestra del terror comunista Martí dijo:"Sociedad autoritaria es, por supuesto, aquella basada en el concepto, sincero o fingido, de la desigualdad humana, en la que se exige el cumplimiento de los deberes sociales a aquellos a quienes se niegan los derechos, en beneficio principal del poder y placer de los que se los niegan."
En este aniversario del nacimiento del Apóstol, no le lleven flores; compren un libro suyo, préstenselo unos a otros, pasen la voz, estudien sus ideas y vean si están en la clase de hombres a los que él despreciaba o en la clase de los que el daba su mano y una rosa blanca. y recuerden que:"Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército" y que además:"Es necesario poner de moda la virtud."
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