1/15/2008

EN DEFENSA DE LA INTEGRIDAD DE UNA MUJER…

Por Ahmed Y. Martel


A veces nos resulta una tarea difícil cuando nos disponemos hablar sobre una persona grande, sobre todo por la responsabilidad que asumimos al hacerlo, pero he decidido sentarme ante la computadora, y escribir lo que siento y deseo, y lo más importante, compartirlo con mis amigos en la Red.

Fue una tarde a finales del 2002 cuando la vida me colocó frente a ese ser especial, y confieso que desde el primer instante, logré escudriñar su alma. Había nobleza, humildad, integridad moral, pero sobre todo, un deseo ardiente por ver libre la tierra que la vio nacer, esa Cuba que nos duele y nos lacera, y por la que hemos dado siempre lo mejor de sí. Esa persona no es otra que Daisy Gil Ortiz, Directora y Fundadora del Puente Informativo Cuba-Miami, valiosa institución que desde el año 2000 hasta la fecha, ha servido de conexión permanente entre la Cuba de intramuros y el mundo libre.

Créanme que son muchas las razones que me mueven para manifestarme así de Daisy Gil Ortiz, pero la que más me ha impactado a través de estos años de conocerla, lo constituye su enorme capacidad de trabajo, su amor desmedido por todo lo que hace y su alto sentido del deber, del lado siempre de la razón y la justicia.

Para aquellos que no lo saben, Daisy es una persona físicamente discapacitada, pero de ninguna manera ello ha sido un impedimento para que su trabajo por la libertad de Cuba, se haya dejado sentir con sobrada fuerza y profesionalismo. Desde sus llamadas a periodistas independientes dentro de Cuba costeadas por ella, grabación y trascripción de noticias, y su posterior traducción al idioma inglés para una correcta distribución de las mismas, han constituido parte indisoluble de su incansable bregar y consagrado servicio a la patria. La más fehaciente e irrefutable prueba de lo antes dicho, lo constituye el Sitio de Internet de Puente Informativo que ella personalmente dirige: www.puenteinfocubamiami.org, uno de los más importantes bastiones con que cuenta la causa de una Cuba libre en el campo de la información.

Como toda buena obra tiene sus detractores, nunca han faltado personas que durante años, han permanecido a la caza de un solo error de su parte, para caer como ave de rapiña e intentar mancillar públicamente su integridad y trayectoria. Acaba de pasar hace unos días, cuando Daisy confundió el contenido de dos noticias diferentes dando como resultado, un obvio giro en el sentido de esa misma noticia. De nada le valió su excusa pública ante ese primer error en siete u ocho años de operaciones. Personas que supuestamente constituían “hermanos de causa”, que jamás la llamaron para interesarse si necesitaba ayuda, u ofrecerle su apoyo incondicional durante toda su trayectoria, aparecieron ese día para recriminarla, hacerse eco a través de sus publicaciones de su error, con el objetivo evidente de dañar su imagen y su trabajo. ¡Vaya ingenuidad, como si la esencia de un ser humano pudiera medirse por un error!

Compatriota y hermana de lucha Daisy, porque te conozco y sé lo que vales, porque he seguido siempre tu ejemplar trayectoria al servicio de Cuba, tu enorme sacrificio y sublime deseo de servirla siempre aún a costa de tu propia salud, y como hermano de lucha que me considero tuyo, sí acepté y acepto la nota que enviaste una vez fuiste avisada del error. Estoy aquí para apoyarte, lo hice personalmente y hoy lo estoy haciendo públicamente. Hay veces que la vida nos reserva sorpresas sobre personas que una vez creímos amigos, lo que pasa es que jamás fueron nuestros amigos. De un amigo, solo puede esperarse comprensión y apoyo en un momento difícil. Es en momentos de dificultad donde ha de medirse al verdadero amigo. Espero, eso sí, que hayas aprendido esta lección sobre todo lo ocurrido.

Y recuerda siempre las sabias palabras de nuestro apóstol José Martí, para quien el sentido de lo justo significaba tanto. Martí dijo: “Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.” Y yo, querida amiga, me encuentro en los del segundo grupo. Porque para ti, solo albergo sentimientos de admiración y profundo respeto.
Y gracias por tu sincera amistad.

URL:
http://www.netforcuba.org/espanol/News-SP/2008/Jan/Noticia10783.htm

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