Autor: Adrián Benítez
Cuba celebra elecciones, sin campañas ni partidos políticos, físicamente Fidel está vivo, políticamente está muerto.
Si aceptamos que Fidel Castro es incapaz de producir energía revolucionaria, que sus moléculas políticas e ideológicas se precipitan hacia un proceso de acelerada desintegración, y que ha dejado de ser el único factor de equilibrio de poder en Cuba, ¿que sentido tiene postularlo para un nuevo mandato?.
Raúl Castro, no Fidel representa el nuevo equilibrio dentro de las fuerzas castristas.
Diferente a cualquier nación del planeta, Cuba vive en permanente incertidumbre, como sobre cuerda floja.
De contradicción en contradicción, de salto en salto, muchas veces errático, el cuerpo social que pareció emerger muy vigoroso en 1959, ha llegado a su tercera edad cansado y sin brújula.
Una vez mas el régimen llama a elecciones.
Santiago Fernández, electricista de un barrio de la Habana, fue propuesto por una vecina para las elecciones municipales.
¿La razón?
Está al tanto de todos los problemas del barrio de Centro Habana y dicen, no tiene pelos en la lengua.
Fernández aceptó humildemente sin hacer campaña electoral, no representa al gobernante partido comunista el único legal en la isla, aún así el hombre de 77 años aspira a llegar a ocupar uno de los más de 600 escaños del parlamento.
“Es una gente que no teme decir la verdad y sincero y eso es lo que hace falta”, dijo Carmen Suárez, una jubilada de 67 años, al defender la candidatura de Fernández.
Al caer la noche, Suárez y un centenar de vecinos se reunieron en un portal y votaron levantando su mano, la nominación del candidato duró 20 minutos.
A pesar de obtener la inmensa mayoría, en esa oportunidad una de varias votaciones en la que pudo participar Fernández al igual que otros candidatos, el electricista perdió frente a Silvia Orondo, actual delegada de su circunscripción, que no estuvo presente.
“Las alegaciones”, es miembro del partido comunista y de confianza del núcleo del mismo.
Todos se miraron, sonrieron y siguieron oyendo la propaganda sobre las elecciones.
Al otro día, en la reunión no hubo casi nadie a pesar que los encargados de reunir a las personas para las elecciones fueron casa por casa.
Cosas como estas se repiten día a día en todos los barrios de la capital, casi nadie asiste a las elecciones, aunque el régimen al final dice que estas fueron un éxito.
Los cubanos cansados que se les engañen, y de lo mismo, promesas, mejoras, y ningún resultado, a veces tan obligados, solo levantan la mano por cualquier nombre con tal que la reunión se acabe pronto y puedan regresar a sus hogares para ver la novela.
Más de 50000 asambleas similares eligieron desde julio hasta finales de septiembre a sus candidatos para las elecciones municipales del 21 de octubre.
Ese fue el primer paso de un singular proceso electoral que culminará a comienzos del 2008 con la elección de una nueva legislatura del parlamento cubano, la mitad de sus miembros deben haber sido elegidos ante delegados municipales.
La nueva legislatura del parlamento escogerá al Consejo de Estado, cuyos miembros elegirán al Presidente, el cargo que el convaleciente Castro ocupó durante toda la historia reciente del país.
Cuba sostiene que su sistema electoral es uno de los más democráticos y menos demagogos del mundo.
Cuba celebra elecciones generales cada cinco años.
Las campañas electorales están prohibidas, aunque siempre se mantiene una feroz propaganda por todos los medios de difusión los cuales pertenecen al gobierno.
“Tu candidato será el mas capaz, el mejor, el mas revolucionario” dicen los eslogan y los spot televisivos y las editoriales en los periódicos.
Ciclo tras ciclo se repiten los mismos hechos, los candidatos elegidos son los miembros del partido, los que cumplieron misión internacionalista, los que poseen medallas, es decir los más comprometidos con el gobierno, y nunca resuelven nada.
Mientras el pueblo espera que se mejore la situación caótica que resisten durante casi medio siglo, esperan que el transporte casi inexistente aparezca y alivie la odisea de transportarse todos los días, que los cubanos puedan alojarse en los hoteles o disfrutar de las playas que son reservadas solo para los turistas, poder viajar libremente y sobre todo que se les aumente el salario, que los productos de primera necesidad(como los productos de aseo personal, el aceite para cocinar, la ropa y zapatos) se vendan en moneda nacional y no en dólares ya que la inmensa mayoría de los cubanos reciben sus sueldos en pesos cubanos que no alcanza para nada, con la excepción de los que trabajan en el turismo, que cese este tipo de apartheid.
La población sumida en el miedo no puede reclamar sus derechos a quienes los representan.
Sin embargo los disidentes consideran que estas elecciones al igual que las anteriores no son libres ni democráticas y por esto muchos de ellos en el pasado aún purgan largas condenas en prisión.
Osvaldo Payá, líder del movimiento cristiano de liberación, pidió por ejemplo derogar la ley electoral y convocar a unos comicios que “garanticen realmente a todos los ciudadanos cubanos, sin exclusiones, los derechos a elegir y a ser elegidos consagrados en la constitución”.
Solo recibió mas amenazas y un aumento de la vigilancia sobre su vivienda que ejercen los órganos represivos de la seguridad del estado, mas una negación de permitirle viajar a Roma a recibir otro premio de derechos humanos.
La comisión nacional electoral ha dicho que estos comicios llegan en un “momento histórico trascendental” sin mencionar la enfermedad que obligó a Castro a ceder el poder a su hermano Raúl el 31 de julio del 2006.
Mientras el pueblo queda en la incertidumbre si el gobierno de forma arbitraria reelige al octogenario comandante una vez mas, a pesar de los acontecimientos recientes, si esto sucede, serán muchos mas los decididos a armar una balsa para escapar.
Adrian Benitez’ Blog: Ideas Ocultas
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