C’est à présent trop tard, la messe est dite
Enero de 2008. El eterno Presidente de la Asamblea Diaconal cubana, Ricardo Alarcón de Quesada dice verdad cuando afirma que «quien conozca un poquitico sobre el tema se da cuenta de que la democracia real es sinónimo de utopía" y dice verdad el Presidente porque, en efecto, la democracia es una lucha constante y optimista y es –cuando la hay- un estado fluctuante del cuerpo social a merced de las circunstancias.
Fluctúa y mengua la democracia cuando hay un mínimo de espacio democrático pero cuando es imposible criticar públicamente en la prensa o en la televisión a los miembros de un partido hecho facción, entonces la democracia se convierte en objetivo racional e indispensable. No cejaremos nunca y habrá Asamblea Nacional de verdad y Consejo Constitucional y todo eso, ya verás....
Cuando nuestro doctor habla de la utópica democracia real, nosotros, los pobres diablos profanos le respondemos que liberen, él y sus amigos, a los presos políticos cubanos que se pudren en las infames mazmorras del castrofascismo, que respeten él y sus amigos de cofradía, los derechos fundamentales del ciudadano cubano que va por la vida con un bozal y un yugo que dan vergüenza en este siglo XXI.
«Erré en no matar a Lutero..» - se lamentaba Carlos V – y tan longevo es vuestro reinado señor Alarcón de Quesada que tal parece que de Clovis a Adolfo El Moderno (el del Zyklon B) pasando por los otros godos, os habéis bebido todas las trampas y mañas para gobernar avasallando al pueblo.
Quiéralo usted o no, otra vez mañana por la mañanita, saldrá el sol.
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