Frank López Ballesteros
EL UNIVERSAL
En las calles de Cuba es común un viejo chiste que retrata la realidad de muchas personas en este país: "Un cubano se tropieza con un viejo amigo en Nueva York y le dice: -Óyeme, chico, ¿Cómo tú saliste de Cuba? El amigo le responde: -Muy fácil, con el pasaporte de un amigo. -¿Y el amigo dónde está? -Como un loco por toda Cuba buscando el pasaporte..."
Desde que la revolución cubana profundizó y radicalizó sus cambios en la Isla en la década de los setenta, sus ciudadanos fueron testigos de las prohibiciones para salir del país, las represiones y el encarcelamiento masivo de opositores al régimen que, desafiando al comunismo de Fidel Castro, exigían la mejora de sus condiciones.
Para ese entonces la ONU había aprobado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, herramientas jurídicas que el gobierno de Castro había obviado hasta este lunes, cuando el canciller cubano Felipe Pérez Roque anunció "formalmente" la adopción de sendas convenciones.
Pérez Roque, según el diario Granma, dijoque su país "rendirá cuentas" y se someterá en 2009 al mecanismo de revisión periódica universal del organismo de Naciones Unidas, como una muestra del "espíritu de cooperación y la voluntad de expresar nuestras realizaciones, carencias y dificultades".
La decisión se produce luego del cambio registrado con el nuevo Consejo de Derechos Humanos que sustituyó el 15 de marzo de 2006 a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Para la oposición cubana esta situación resulta "positiva", aunque reclaman muestras de respeto por parte del Gobierno, y a juicio de ellos, la mejor forma de progresar es ir liberando a los presos políticos.
A principios de 2007 el Gobierno mantenía doscientos prisioneros de conciencia según Amnistía Internacional, la cifra más alta del mundo.
Pero si en 2006 la situación de los derechos civiles y políticos fue negativa, este año el panorama no ha cambiado tanto, ya que de 283 a 246 descendió el número de presos políticos en la Isla, según el último informe de la ilegal Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Según el último resumen nacional de Human Rights Watch sobre Cuba, de los 75 disidentes políticos que fueron juzgados y arrestados en 2003, 59 aún permanecen encarcelados.
Pero lo que crea dudas, dice el líder opositor Oswaldo Payá, es que el anuncio también coincidiera con un incremento en las medidas adoptadas contra opositores el 21 de noviembre, cuando una veintena de ellos fueron arrestados en una iglesia.
Tabla de obligacionesCuando una nación firma un tratado internacional lo hace bajo el principio de buena fe y cumplimiento, por lo que nunca se pueden invocar normas de Derecho interno para su desacato. El artículo 12 de la Carta Magna de ese país ampara el respeto cabal a los pactos suscritos.
Al respecto, Alirio Abreu Burelli, ex vicepresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, explica que "los dos tratados que acogerá Cuba tienen normas imperativas para su cumplimiento porque lo que hacen es desarrollar los principios generales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos" que, sin ser un documento obligatorio o vinculante para los Estados, es simbólico.
No obstante, a pesar de que el artículo 43 de la Constitución cubana garantiza a sus ciudadanos el trabajo, el ingreso a restaurantes, hoteles, playas -que son violados de forma flagrante- se omite el derecho de opinión, posición o afiliación política.
Derechos a la cubanaCon el traspaso temporal de poderes de Fidel Castro a su hermano Raúl el 31 de julio de 2006, apenas la ausencia del comandante se siente en la Isla.
Para Hans Salas del Valle, investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami (Estados Unidos), esta iniciativa "no es un cambio. Es una estrategia con fundamentos ideológicos. Hay que estar claros: Cuba busca recontextualizar el concepto de derechos humanos para adaptarlo a su concepción totalitaria: el hecho de que tengas estos convenios no implica que los cumplas".
Salas del Valle cree que lo delicado es que desde Cuba salga una nueva concepción hacia los países subdesarrollados y de América Latina de lo que es el respeto a las personas, y se consientan nuevos tipos de represión justificando la seguridad de Estado y la traición a la patria.
No sería extraño que el proyecto de Cuba consiga un amplio apoyo en el seno de Naciones Unidas, sobre todo en la Asamblea General, puesto que cientos de países, sobre todo africanos y la propia China, simpatizan con el régimen de La Habana.
El nuevo Consejo de Derechos Humanos, establecido en 2006, está formado por varios países con un dudoso historial de respeto a los derechos humanos, por lo que las inspecciones anunciadas por Pérez Roque pueden tener doble intención.
"Es lógico que naciones que también son criticadas por sus violaciones no ataquen a sus semejantes y más si es antiestadounidense", advierte el investigador Salas del Valle.
De cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2008, y la segura ratificación de Fidel Castro en el poder el próximo año, La Habana prepara su respuesta a la ofensiva diplomática que se avecina ante lo que se ha hecho común en cada contienda electoral estadounidense las críticas y sanciones al régimen de los Castro para ganar el apoyo de la comunidad cubana en el exilio.
Con los "avances humanitarios ofrecidos -agrega el experto- Raúl podrá enfrentarse con Washington y sus aliados y opacar el viejo argumento de que controla un Estado represor".
Concluye Payá: "Ante la legalidad y la práctica quedarán como progresistas, pero ante los cubanos como una farsa más en el teatro de lo absurdo".
frlopez@eluniversal.com
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