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8/12/2010

ADIOS CUBA 12 DE AGOSTO DE 1962 © por Esteban Fernández


por Esteban Fernández



ADIOS CUBA 12 DE AGOSTO DE 1962 ©



Yo creía que era un hombre. Ahora sé que sólo era un niño de 16 años, 1962. Solamente estaba demostrando sorpresa por el curso que estaban tomando los acontecimientos en mi país. De ahí, inmediatamente, salté a la crítica acérrima contra lo que denunciaba públicamente como “el inicio de una dictadura”. Críticas en la guagua, en el parque, en cualquier esquina. Y las autoridades y el populacho me trataron como un criminal y comienza el acoso total y absoluto, 24 horas al día, contra un muchachito inocente.

Perseguido. Botado del Instituto. Preso por boberías. Golpeado por un grupo de fidelistas en el medio de la calle. Además de fidelistas eran unos facinerosos.

Y de pronto el jefe del G2 en mi pueblo, el Teniente Guevara, se tropieza con mi padre y señalándole a la cara con un dedo le dice: “Saca a tu hijo de aquí, sácalo o te juro que yo mismo lo fusilo en el medio del parque de Güines”

¿Qué crimen yo había cometido para merecer esa amenaza de tan horrenda muerte? Ninguno. Lo que pasaba era que Cuba de pronto, de sopetón, se había convertido en un infierno. Estar en desacuerdo era un delito y la represión era brutal.

Un amiguito de toda mi corta vida, quien también estaba sufriendo el acoso de la recién estrenada tiranía, solo tenía 15 años, Milton Sorí, salía de Cuba. Y al despedirse me dijo: “Estebita, no te preocupes por un solo instante que lo primerito que yo hago al estar en los Estados Unidos es sacarte de aquí”. Y cumplió con su promesa.

El día anterior a mi salida, el 11 de agosto del 62 por la noche, mi padre sentado en el portal de la casa, me llamó y casi en un susurro me dijo: “Hijo, tú sabes cuanto tú y yo nos queremos, no creo que podamos despedirnos, mañana yo no voy a salir de mi cuarto, no quiero abrazos, ni llanto, ni despedidas, tú sabes muy bien que si tratamos de despedirnos tú no te vas para ningún lugar, y no te preocupes que tú regresas muy pronto, los americanos no van a permitir una cabeza de playa enemiga a 90 millas de sus costas”.

Traté de discutirle con un simple: “¡Pero, viejo, si mañana 12 de agosto es tu cumpleaños, yo tengo que verte y felicitarte!” Con lágrimas en sus ojos me respondió: “Olvídate de eso, felicítame ahora, y la fiesta grande la hacemos el año que viene”.

12 de agosto del 62. La mañana amaneció nublada y fea. En la puerta de mi casa ya estaba el negro “Cumbancha” al timón de un carro. Era el fiel chofer de mi tío Enrique.

Solo llevaba dos camisas y dos pantalones. Los pantalones eran de lana (¿lana para el verano de Miami?) y eran un regalo de María Cobas. Pertenecieron a su difunto esposo mi primo Jaime Quintero. Mi padre me decía: “Cuida mucho ese pantalón gris, es histórico, era parte de un traje con el cual Jaime tomó posesión de la Alcaldía de Güines”.

No creo que dije una sola palabra esa mañana. Automáticamente me monté en el carro junto a mi madre y mi tía Angélica Gómez. El viaje hacia La Habana fue en total silencio. Solo miraba por la ventanilla con la vista nublada, llena de lágrimas.

Era como si quisiera llevarme en mi cerebro grabado para siempre todo lo que veía. Y esos paisajes los he logrado retener en mi mente por 48 años.

Al llegar al aeropuerto, sin darme tiempo a nada, me metieron en un cuartito de cristal que ya yo había oído decir que le llamaban “la pecera”. En la distancia veía a mi madre que a cada segundo se llevaba un pequeño pañuelito (hoy diera todo lo que tengo por ese pañuelito) a la cara para secarse las lágrimas. Y levantaba la mano en forma de despedida.

Brotaron las primeras dos palabras de ese día, casi le grité de lejos a mi madre: “¡Regreso pronto!”... Y son dos palabras que he repetido más de un millón de veces en 48 años.

8/10/2010

Mis héroes. Por Esteban Fernández.


Esteban Fernández


Algún día, en una Cuba libre, será cuando verdaderamente los cubanos se enterarán del descomunal esfuerzo realizado por el destierro cubano combatiendo a rajatablas a la tiranía castrista.

Dentro de nuestra nación muchísimos compatriotas creen que el exilio ha sido simplemente para acumular riquezas, para rodar carros del año, para dar suntuosas fiestas, para crónicas sociales. Pero muy poquito se sabe de la sangre que los exilados han derramado en la tierra cubana ni de los cientos de gestiones guerreras realizadas.

El 99 por cientos de nuestros hermanos en la Isla conocen a Willy Chirino y a Gloria Estefan, pero un ciento por ciento no tiene ni la menor idea de quien fue Tony Cuesta. Han escuchado hablar mucho de la prosperidad de los cubanos en U.S.A. pero muy poco de lo que fueron los Comandos L, los Comandos Mambises y Omega7.

Consideran que el exilio es pachanga y dólares, pero el exilio es Vicente Méndez y Edel Montiel, “Rabo de Nube”, Espiritico, el “Venado”, Joaquín Membribe. Este es un destierro que ha dado una gloriosa Brigada 2506. Tenemos un día que escribir libros sobre “Yarey”, sobre el Rece, sobre el Jure, sobre Abdala, hacer 100 tomos de la organización Alpha 66, sobre sus ataques comandos, sus desembarcos. Solo hay que entrar en la oficina de Alpha en Miami para ver en sus paredes la galería de sus mártires.

Muy poquitos en Cuba han escuchado los nombres de los gloriosos hermanos Ignacio y Guillermo Novo. Sólo se habla en nuestra patria de Orlando Bosch y de Luis Posada Carriles para atacarlos. En una Cuba libre tendremos que erigirles unas estatuas al lado de la de Antonio Maceo. Alvin Ross es un héroe en esta lucha. Allá sólo conocen a los cantantes y los peloteros.

Este exilio ha dado muchos patriotas como Aldo Rosado, como Luis Crespo, como Humberto López, como Henry Agüeros, Dionisio Zuarez, Virgilio Paz, que han dedicado sus vidas a combatir al régimen. Desde el primer momento, desde el mismo 1959, ya desembarcó en Trinidad, se jugó la vida y cumplió largos años de prisión Roberto Martín Pérez.

Y antes de llegar la invasión de Playa Girón ya estaban allí los equipos de infiltración, con Pepito Regalado, Humberto Solís, Abel Pérez, el Sheriff, Raffo, Yayo Varona, Recarey, Blanquito, Andréu, Cawy, Durán, Giraud, Comella, Mirto Collazo, y muchos más.

La “Lucha por los caminos del mundo”, el CORU, el Poder Cubano, el Movimiento Nacionalista, el Movimiento Pragmatista, el gran Valentín Hernández. Toda la gloria para ellos. Lo primero que tenemos que hacer cuando llegue nuestra liberación es pedir que nos devuelvan a Eduardo Arocena y declararlo Héroe Nacional de la República de Cuba.

¿Quién conoce dentro de nuestra patria a Héctor Alfonso? Un verdadero león en esta contienda. ¡Cuantas páginas de la futura historia de Cuba le tendremos que dedicar a “Fabián”! Pero allá sólo conocen a Andy García y al “Duque” Hernández.

Y ahí en esa historia estarán Manuel Artime, Andrés Nazario,Dieguito Medina, Santiago Álvarez, René García, Felipe Rivero, Eneido Oliva, Orlando Atienza, Sergio Perico Díaz, Waldito Castroverde, René Cruz, Enrique Encinosa, Alejandro del Valle, Nino Díaz, Ramón Saúl Sánchez, Juan Felipe de la Cruz, Armando Fleites, Dionisio Suárez, Hugo Sueiro…

El que crea que desde aquí no se le ha tirado ni un chícharo a la tiranía es un ignorante de la verdad. Y algún día habrá que hacerle saber a toda la nación la verdad que hoy oculta el régimen. Pocos destierros a través de la historia han combatido más que el nuestro, pero siempre se le ha escatimado la gloria que merece. Eso vamos a subsanarlo en una Cuba libre.

Con una facilidad tremenda llamamos “glorias de Cuba” al deportista, al músico, al bailarín y al poeta. Pero yo pienso que ha de llegar el momento en que los cubanos nos pongamos de pie para brindarles una cerrada ovación a Ernesto Díaz Rodríguez, a Eusebio Peñalver, a Renán Llanes, Tony Bryan, Félix Rodríguez, Ernestino Abreu, Carlos Hurtado, Pedro Remón, Ruben López Castro, Tony de la Cova, Gaspar Jiménez, Osiel González, Alfonso Carol y a muchos otros patriotas que tanto lo merecen…

Mis héroes son los que a pesar de los años transcurridos se mantienen con la moral muy en alto, los que predican la acción como Manuel Prieres en Villagranadillo, como Tito Rodriguez Oltmans desde Radio Mambí, como José Luis Fernández desde La Voz de Cuba Libre .

Cobardía no es predicar la guerra desde el exilio, cobardía es estar en el destierro y no atreverse a pedir libertad plena para Cuba.


La Voz de Cuba Libre

8/08/2010

Mis años de “teenager”: Por Esteban Fernández.


por Esteban Fernández



He recibido algunas críticas de lectores por mi escrito ¡ MERCURO CROMO Y CURITAS!!!! esto les puede servir como respuesta a los que no me conocen bien:

TEENAGERS: esa es la edad de las majaderías, de los estudios, de los bailes, de las fiestas. Yo no tuve nada de eso. Mis años de “teenager” fueron dedicados a mi anticastrismo.

Increíblemente yo miro a mi alrededor a los muchachos jóvenes (de todas las nacionalidades incluyendo a los cubanos) dedicados a sus estudios, asistiendo a clases en las Universidades y Colegios, bailando, disfrutando de la época más bonita de la vida, gozando de la juventud.

Y mientras tanto yo recuerdo la mía dedicada a mi odio contra un tirano que me arrancó del lado de mi familia, me condujo al exilio, se ganó mi enemistad, y eso me llevó a cancelar todas las actividades juveniles.

Durante todos los años de “teenager” no vi un libro, ni un salón de baile, ni un recinto escolar, ni inclusive un empleo fijo, ni laboré en una fábrica ni una oficina.

Todo lo que vi durante mi juventud fueron rifles, sargentos y capitanes del Ejército norteamericano, en lugar de entrar por las puertas de UCLA entré a través de los portones de Fort Knox y Fort Jackson con 4 o 5 mil jóvenes. Ya les hablé de eso hace poco.

Seis meses encerrado en una casa de seguridad (sin salir a ninguna parte) aprendiendo telegrafía bajo la dirección del brigadísta Humberto Solís. No, no vi un solo profesor universitario, vi al Capitán Vicente Méndez y junto a Jorge Riopedre les servimos de telegrafistas. Vi el Barco Venus y el El Paso de La Mona. No, no fui a un solo baile amenizado por Celia Cruz ni por Ñico Membiela, ni Rolando La Serie ni por el Miami Sound Machine.

Durante todos mis años de “teenager” no tuve ni una novia, andaba las 24 horas del día dedicado a mi enemistad contra Castro, durmiendo en una cama (en la casa de Carlos Zarraga y Olga Cabarrocas) y debajo de esa cama solo había dinamita y C4. Un verdadero milagro de Dios que aquello no explotara.

Durante mis años de “teenager” no hubo una sola rumba, ni una sola pachanga, ni un trabajo verdadero (el que no me crea puedo enseñarle una carta del Social Security donde demuestra que entre los años 62, 63, 64 y 65 solo gané 224 dólares en esos 4 años) Solo trabajé por unos meses en una gasolinera en Miami propiedad del cienfueguero Lino Menéndez. El de los famosos Omnibus en Cuba.

Mientras otros se graduaban de médicos, de abogados, de veterinarios, de maestros, o aprendían algún oficio, yo estaba preso en la Isla Beata, República Dominicana, junto al Capitán del Escambray Edel Montiel, Espiritico, y varios guajiros anticastristas más.

Mientras los jóvenes hacían lo que hacen los jóvenes, nosotros formamos junto a Carlos Hurtado, Carlos Fandiño, Franklin Denis, Pepito Garcell, Alberto Barco, Fulgencio Gil, Hector Casanova, Andy Campillo, la Juventud Cubana de Los Ángeles para combatir a los comunistas del patio.

Y si no tengo un título universitario o una preparación adecuada, o no he acumulado una fortuna es porque mi mente, mi cerebro, han estado al servicio de la libertad de mi país. Eso es lo único que me interesaba y es lo único que me interesa hoy en día.

Toda mi juventud (que era la etapa en que todos se preparan para el futuro) fue dedicada a mi venganza contra un dictador, contra un régimen que acabó con mi Patria.

Es más, yo les aseguro (y les juro por Dios) que durante todos mis años de “teenager” jamás fui a un cine, ni a una obra de teatro, ni a la playa, ni a un parque de diversiones, ni a un juego de pelota, ni practiqué un solo deporte.

Esos años los pasé corriendo con un rifle en mis manos por las montañas de Puerto Rico junto a Vicente Méndez, o por los pantanos de la Florida junto al Capitán Edel Montiel. Pero no me tenga lástima porque yo estoy orgulloso de eso. Además yo les aseguro que cuando caiga la tiranía de los Castro en lugar de ponerme viejo entonces voy a ser lo que nunca fui: un verdadero “teenager”.

La Voz de Cuba Libre

8/06/2010

¡CURITAS Y MERCURO CROMO, NO! ¡EXPLOSIVOS Y AMETRALLADORAS, SI!

Por Esteban Fernández



Algunos creen que yo estoy en contra de los que disienten en Cuba actualmente. De eso nada. Nada me gustaría más que mis compatriotas se revelaran contra el castrismo, de arranca pescuezos,  y los cubanos del exterior pudiéramos incorporarnos a esa lucha. Al degüello. De  “Al  combate corred bayameses”.

No hay dudas que dentro de la masa discrepante hay muchos patriotas sinceros los cuales  me parecen ser magníficos anticastristas pero algunos de los demás que discrepan  no sé exactamente que es lo que quieren. ¿Quieren la libertad absoluta de Cuba, o quieren un espacio, mejorías en el sistema, que los lleven menos recio, que el trato a la población mejore?

¿Quieren acceso al  Internet, teléfonos celulares, o quieren (como nosotros) arrastrar a Fidel, Raúl, Ramiro, Colomé, y los demás esbirros por las calles del país? Las valientes Damas de Blanco ¿qué es lo que han pedido y parece que algunas han logrado? La libertad de sus maridos. En ninguna parte he visto un pedido de borrar del mapa al castrismo.

¿Alguien ha sugerido allí el deseo de que suelten a los que pusieron las bombas en los Hoteles habaneros? Inclusive ya no se habla de LIBERACIÓN DE CUBA. Se menciona democratización, evolución, transición pacifica, de seguir los ejemplos de Ghandi y de Martín Luther King, cuando la verdad es que si alguien trata en Cuba de hacer las manifestaciones que hacia Martín Luther King en Alabama estoy seguro que Raúl saca para la calle los tanques y les pasa por encima. A Gandhi lo hubieran ingresado en el CIMEQ y le hubieran puesto un suero de café con leche.

¿Ustedes ­sabían que el monumento al yate Granma en La Habana siempre tiene un policía cuidándolo? Bueno, si yo leo que anoche a las dos de la mañana un desconocido le dio una puñalada al gendarme y después le tiró un cóctel Molotov al odioso barquito entonces sí yo me entusiasmo, me pongo de pie y aplaudo a ese verdadero oposicionista. E inmediatamente lo pongo a la altura de Plinio Prieto.

Una de las personas a quien yo más respeto, admiro y profeso una profunda amistad es por Aldo Rosado. Diariamente leo su periódico cibernético “Nuevo Acción”.  Y Aldo se queja, con mucha razón, que después que les envían ayuda a determinados disidentes (no todos) su vestimenta mejora drásticamente. Si esa es la oposición que existe entonces tendrán cien años más de revolución castrista en Cuba. Hace varios días  Aldo lanzó un brillante Editorial donde coincide con este escrito. Mi creencia es que lo único que se le debe enviar a los enemigos del régimen allá es explosivos C4 y ametralladoras. 

Lo que me da es la sensación de que las expectativas de los cubanos son tan bajas que se conforman con muy poco. Es algo así como que yo he perdido la fe en que voy a ser millonario y me conformo con ganarme cinco pesos en el Fantasy 5.

¿Ustedes no notaron la tremenda alegría que se formó en Cuba cuando hace poco anunciaron que algunos barberos podrían cortar pelo “por la libre” y le dieron la administración de las barberías a los empleados, quienes sólo tendrían que darle una pequeña comisión al gobierno? Eso fue “un tremendo éxito” del pueblo cubano.

Por lo menos, a mí me encantaría leer una carta firmada por Juan Juan Almeida y Vladimiro Roca diciendo: “Nuestros padres fueron- Blas y Juan- y todos los comunistas y fidelistas son unos hijos de perras”. Vladimiro piloteaba un MIG y yo hubiera preferido que en lugar de toda la bobería que ha hablado (sin condenar a su padre) hubiera virado los cañones del avión y disparado un cohete al edificio del MININT. Juan Juan lo que pide es que le permitan tener atención médica en los Estados Unidos. Menos mal que parece que la gente ha tirado a mondongo su huelga hambre.

Simplemente a mi me parece que a lo que yo aspiro y con lo que ellos se conforman y piden, son dos cosas diametralmente distintas. Yo quiero extirpar el cáncer y ellos que les pongan curitas y mercuro cromo.
 

7/23/2010

GUILLOTINA PARA ADALBERTO RABEIRO © por Esteban Fernández

GUILLOTINA PARA ADALBERTO RABEIRO ©


por Esteban Fernández




De buena fe muchos amigos y lectores se me acercan cada vez que hago un escrito de índole patriótico y me dicen: “Chico, tú eres un costumbrista, a ti te quedan mejor los escritos simpáticos, eres el nuevo Eladio Secade, dedícate a escribir cosas cómicas nuestras”.

Créanme que eso me llena de orgullo. Pero... si bien es cierto que “yo tengo bastante buen sentido del humor” mi odio y mi resentimiento contra la tiranía castrista es muchísimo más grande. Yo soy un millón de veces MÁS ANTICASTRISTA QUE ESCRITOR.

Y además, aquí han habido miles de muertos producidos por la dictadura. Esos no deben ser olvidados jamás. Es más, aquí los cubanos menores de 40 años ni saben quiénes fueron Campanería, ni Plinio Prieto, ni Pedro Luis Boitel, ni “Francisco”, ni Eufemio Fernández, ni Humberto Sorí Marín, ni Sinesio Walsh, ni Vicente Méndez.. A mí me da la sensación que existen miles de cubanos que ni se han enterado de la muerte de Zapata Tamayo.

Aquí todo el que se raja, se retira, o se convierte en pesimista, o se rinde, o coopera de alguna forma con el enemigo, le está dando las espaldas a todos los que han muerto a manos de los esbirros castristas. Y el que quiera perdonar a los asesinos no merece ni el saludo de los que todavía mantienen vivo el resentimiento contra los que han ahogado en sangre a nuestra nación.

Por favor, no confundan mis escritos “costumbristas” con que yo soy un comediante o que me voy a dedicar completamente a escribir de esos temas. Para mí lo primero es la liberación de Cuba de una jauría de asesinos que han hecho correr ríos de sangre en mi país. Ahí al frente de Villa Marista está el Coronel Adalberto Rabeiro- Jefe Nacional de la Represión en Cuba- y ese no merece un artículo jososo sino que sea el primero en estrenar la guillotina en una patria libre.

Inclusive no solamente han caído las víctimas del paredón, sino cientos y cientos de mujeres, ancianos, niños, tratando de escapar de la Isla. Porque para mí cada vez que un tiburón devora a un cubano es como si lo devoraran los hermanos Castro.

Y tengo muchos amigos que han fallecido alrededor de mí aquí en el exilio, gente que hasta el último suspiro estuvo añorando a Cuba y luchando y deseando la libertad de nuestro país: Néstor Aranguren, Luis Beato, Nicolás Jiménez, Eusebio Peñalver, El Pibe Aguilera, Gilberto Romero, Pepecito Martínez Alegría, Nazario Sargén, Jorge Más Canosa, Manuel Artime. Ahí, hace unos días, acabamos de enterrar a Olga Guillot quien murió alejada de la Patria sufriendo su ausencia. Para mí esos también cayeron siendo víctimas del castrismo.

Fidel Castro y sus seguidores vienen asesinando cubanos desde que estaban en la Sierra Maestra. Es más, desde 1953 comenzó en el Moncada la lista de muertos. Y yo les pregunto a ustedes ¿han escuchado alguna vez a un asesino castrista PEDIR PERDON PUBLICAMENTE por haber matado a un cubano? Nunca.

¿Ha llegado alguien al exilio y decir “Yo en La Campana fusilé a cientos de alzados del Escambray y les pido perdón a sus familiares y a los cubanos en general”? Jamás. ¿A algunos de mis lectores se les ha olvidado cuando Raúl Castro abrió un montón de huecos en Oriente y fusiló a enormes grupos de cubanos y los enterró ahí mismo?

¿Usted era muy chiquito, o no había nacido, cuando el Che Guevara mató a cientos de patriotas en La Cabaña o cuando asesinó a sangre fría al padre de mi amigo José Castaño en su oficina?

Sí, mis queridos amigos voy a escribir de todo (a veces agradable y a veces trágico) pero sin olvidar la razón de ser de esta columna: La liberación de nuestro país, sacar a Cuba de las garras de una pandilla de criminales.

Los muertos claman justicia y todos los que ignoren ese clamor son unos traidores a los motivos por los cuales vinimos aquí. Y nadie me pida que me dedique a otra cosa que no sea la recuperación de nuestra patria. Viva Cuba libre y ¡Gloria Eterna a todos los caídos en esta lucha! Y el que solamente desee reírse que compre los discos de Alvarez Guedes y no lea mis escritos. Y mucho cuidado con eso porque Alvarez Guedes es también tremendo cubano y piensa igual que yo al respecto.


Fuente: La Voz de Cuba Libre

7/17/2010

YO QUIERO VENGANZA Y JUSTICIA © por Esteban Fernández


por Esteban Fernández





YO QUIERO VENGANZA Y JUSTICIA ©



Últimamente, dentro del destierro cubano, pululan los voceros de EVITAR EL DERRAMAMIENTO DE SANGRE tras la caída de la tiranía… Yo detesto a todos esos que se pasan la vida queriendo proteger, desde ahora y desde aquí, a los H.P. si un día la satrapía es derrocada.

Yo, en lo particular, vivo más herido por el río de sangre provocado (desde EL 26 DE JULIO DE 1953 y en estos días se cumplen 57 años del comienzo del sangrerío en Cuba) por un grupo de fidelistas, que por lo que les pueda pasar a ellos…A esos mi mayor deseo es que los arrastren por las calles de Cuba.

Sostienen vehementemente que lo importante es que se vayan Fidel y Raúl -tranquilamente a vivir en Suiza- y un grupito de 10 ó 15 líderes de la revolución cubana. Eso es todo, eso es suficiente… Eso no es suficiente para mí. Yo quiero que sean colgados en cuanta Ceiba haya en Cuba.

Es una teoría hipócrita que ni ellos mismo se la creen, ya que es obvio que nadie tendrá control sobre el pueblo cubano a la hora de imponer la justicia callejera… Dicen que "el castrismo asesinó y que si se mata a los asesinos, esto se convertiría en una cadena y que jamás se terminará la violencia en Cuba"… Me importa un comino: al degüello con ellos.

Yo creo lo contrario, a mí me parece que el problema no se acabará nunca en nuestra Patria si los asesinos quedan sueltos, conviviendo entre nosotros, trabajando con nosotros, y buscando lios entre nosotros…

Ahí está el ejemplo de los judíos. No perdonan a los nazis. Todavía hoy en día no los admiten, y nazi que levanta la cabeza, nazi que se la arrancan. Y… ¿qué problema tienen con los nazis? Ninguno… ¿Dónde están los hijos y los nietos de los nazis eliminados por los judíos que buscan la revancha o le crean problemas serios al Estado de Israel ?… Y ¿por qué a nosotros nos quieren cortar las esperanzas de la revancha?

La tesis absurda de proteger (desde ahora) a tantos mini-monstruos creados por el monstruo mayor, nos hace quedar mal a los que mantenemos intacto nuestro odio acérrimo contra los opresores de nuestra Nación…Y estoy hasta la coronilla de estar escuchando a Maria Elvira Salazar coqueteando con cuanto esbirro llega a Miami.

Cada cual puede pensar como le de la gana, pero jamás yo compartiré la opinión de "borrón y cuenta nueva", ni "aquí no ha pasado nada", "que se vaya Fidel y Raúl y sanseacabó"…

Desde luego que la decisión final no la tendré yo, ni los que promulgan el perdón sin la más ligera posibilidad de llegar a ser jueces. Y si Dios no me permite la oportunidad de llegar a tiempo para integrar un pelotón de fusilamiento contra los esbirros de la tiranía castrista, me conformo con la posición digna de que esos salvajes (si se salvan ese día o si llegan exiliados aquí antes) jamás podrán ser mis amigos…

Su suerte, su futuro, no estará en mis manos, pero tampoco estará en las que desde aquí se desviven en tirarles una toalla… Lo que me duele, lo que me molesta, es que MI SUERTE Y MI FUTURO si estarán en las manos de esos ESBIRROS (si se salvan como proponen muchos) a la hora de mi regreso a Cuba…

Una persona que piense como yo, ¿qué posibilidades tendrá en un país donde queden intactas las huestes de la Seguridad del Estado, los torturadores de Combinado del Este, los Comités de Defensa, el Ejército, los Batallones Guardafronteras, los chivatos?… Yo me defeco en todo el que diga que yo tengo que ser parte del mismo pueblo que Ramiro Valdés y Casas Regueiro.

Ustedes me perdonan, pero yo creo que nuestro país requiere una gran limpieza. Desgraciadamente, aquí hay algunos que están más interesados en salvarle la vida a los milicianos mejor que a los rabiosos anticastristas como yo….

Fuente: La Voz de Cuba Libre

7/09/2010

LOS ULTIMOS TIROS


Por Esteban Fernandez

A sangre y fuego el régimen comunista cubano acabó con la oposición violenta durante los años 60s. Miles de presos en infrahumanas condiciones, fusilamientos a tutiplén. Arrobas de balas tiraron los guajiros del Escambray contra la tiranía. Esos fueron casi los últimos cartuchos tirados por el pueblo cubano. Tres caminos tenían los combatientes anticastristas: Cárcel, muerte o exilio.

Y desde ese momento comienza la lucha armada desde el destierro. Durante varios días un puñado de valientes brigadistas, a mediados del mes de abril de 1961, combatieron como leones en tierras cubanas.

Sí, mis amigos. De ahí en lo adelante los tiros dentro de Cuba fueron tirados por patriotas provenientes del exterior: Martin Pérez, Yarey, Vicente Méndez, Tony Cuesta, los ataques comandos de Alpha 66, Comandos L, Comandos Mambises, M.R.R., Comandos Eléctricos, PUND, MIRR y cientos de esfuerzos guerreros organizados por cubanos del exilio.

Después de eso ¿qué hizo la mayoría (no todos los cubanos) del pueblo ? Adaptarse, otorgar, aceptar, subsistir, sufrir, pasar miles de vicisitudes, negociar e integrarse a la revolución. Recuerdo que tras del fracaso de Playa Girón las solicitudes para participar en las milicias rompieron récord.

Se llegó a la conclusión de que aquello no se caía más nunca, que la revolución era irreversible y la posición inevitable era pasar inadvertido, tener dos caras, no protestar e irse a las escuelas hasta llegar a las Universidades y adquirir un título. A los rebeldes los enviaron para la UMAP.

La Unión Soviética mantenía al gobierno cubano y todos lo castristas recibían beneficios. Hacían buena aquella antigua frase de Cuba, durante el gobierno de José Miguel Gómez, de “Tiburón se baña, pero salpica”. Y muchos jóvenes se iban a estudiar a Rusia, a Checoslovaquia, Hungría, China.

En los colegios cubanos adoctrinaban a los muchachos y llegó el momento en que los padres (por muy enemigos del régimen que fueran) no se atrevían a criticar a la dictadura delante de ellos por miedo a ser delatados por sus propios hijos.

Nadie, que yo sepa, intentaba luchar contra el castrismo violentamente. Supongo que hayan habido gloriosas excepciones que yo desconozco. Pero en realidad la lucha (con todos los hierros) desarrollada por los cubanos durante cerca de cuatro años era desconocida por las nuevas generaciones.

Los únicos tiros que se tiraban- y se tiran- en Cuba son producidos por las armas de las Tropas Especiales durante sus ejercicios militares. Todos los generales y coroneles castristas se desplazan por las calles y carreteras del país sin problemas y no ha habido un atentado contra sus vidas en más de 45 años. Y mientras tanto nos llamaban a nosotros (a los cubanos en el exilio): vende patrias, gusanos y agentes del Imperialismo Yanqui.

El único gesto guerrero fue cuando pusieron varias bombas en Hoteles de Cuba. Y la decepcionante realidad fue que el gesto heroico fue realizado por el salvadoreño Francisco Chávez Abarca.

Y después que- sorpresivamente- viene el derrumbe y la bancarrota de la Unión Soviética, se acabaron los viajecitos (y estudios) a los países socialistas, el hambre generalizada, la caña a tres trozos y el período especial. Comienzan las protestas y las quejas de algunos. Disienten y discrepan pero siguen condenando cualquier gestión violenta contra la tiranía.

Por eso me parece que desde el exilio no se hace ningún intento. Ya que algunos consideran que muchos allá no se merecen jugarse las vidas por ellos. Porque la verdad es que si mañana se realiza un desembarco en Cuba contra la satrapía, la mayoría de la gente va a condenar la acción.

Y ya no hablan de nosotros como los enemigos sino como la “comunidad cubana en el exterior” y comienzan los pedidos y las exigencias de ropa, comida, medicina etc. Y hasta vienen para acá. ¿A integrarse al exilio anticastrista? No, a vivir como estaban acostumbrados en la Cuba antes del descalabro de los soviéticos, a bailar con la Charanga Habanera, con los Van Van, a criticar al exilio histórico y a tratar de regresar a Cuba. ¿Con rifles en sus manos? No, ir allí con vituallas para sus familias y poder visitar Tropicana y bañarse en Varadero. Sorry, pero esta es la triste realidad.

Fuente: La Voz de Cuba Libre

6/24/2010

¿RAMIRO EN HUELGA DE HAMBRE?


Por Esteban Fernández



Vamos a suponer: Si Ramiro Valdés se declarara en huelga de hambre esto es lo que sucedería: El Nuevo Herald anuncia que hace 100 días Ramiro no come ni toma agua porque está molesto con Raúl Castro y denuncia que en nuestro país no se respetan los derechos humanos. Es más, sostiene que se han cometido abusos imperdonables con las Damas de Blanco últimamente. Esa fue la gota que colmó el vaso de su paciencia.

A los que nos atrevamos a criticarlo salen sus defensores a echarnos en cara que “Nosotros estamos aquí muy cómodos, con aire acondicionado y comiendo bisté de palomilla con papas fritas en un restaurante cubano, mientras Ramirito se está jugando la vida dentro de Cuba”...

Siempre saldrá quien nos diga: “Tú saliste para acá huyendo mientras el compatriota Valdés se quedó allí, nunca quiso salir de Cuba, y hoy se arriesga denunciando los errores que está cometiendo Raúl”...

Y otros nos dirán: “Para que tu sepas, por si no lo sabes, que Ramirito desde la Sierra ya estaba enemistado con Raúl Castro. En ese sentido es anticastrista antes que tú”...

La A.B.C. de Madrid anuncia que un enviado del Vaticano se reunió con Ramiro y da fe de la precaria situación en que se encuentra, aguantándole la mano se encontraba Eloy Gutiérrez Menoyo, quien pidió al gobierno de España que intercediera por la vida del disidente Valdés.

En una llamada a una estación de radio de Miami, Vladimiro Roca dijo que “Le consta el cariño que su padre, Blas, siempre sintió por Ramiro, y que está convencido de que se encuentra arrepentido de algunos -no todos- de los errores cometidos por él en el pasado”.

Desde Artemisa, Ramiro declara que “No intenta, ni desea salir de Cuba, que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias, y si es necesario morir en este empeño”. El señor Carlos Saladrigas escribe una nota para el Diario Las Américas llena de elogios dedicados al valor personal de este compatriota que dentro del territorio cubano discrepa de los métodos utilizados por Raúl Castro. Y nos insta a los cubanos en el destierro a apoyarlo y empoderarlo” decididamente.

En una entrevista hecha por María Elvira Salazar a Hugo Cancio este anuncia que le han comunicado que Ramiro Valdés toca excelentemente la tumbadora y que se defiende muy bien cantando boleros. Informa que él está haciendo gestiones para traerlo a los Estados Unidos en una gira, y que se encuentra muy optimista en que Eric Holder del Departamento de Estado de este país le conceda una visa como ha hecho con otros músicos que representan al régimen.

Según nos enteramos hay 74 Generales que le han pedido al Cundango en Jefe que le pongan un suero de arroz con pollo. Ramiro se negó rotundamente a no ser que le echen un poquito de cerveza Polar. 

Yo pensé en escribir unas líneas echándole con el rayo por todas las atrocidades cometidas por este siniestro personaje, pero varias personas me aconsejaron: “Chico, tu estás en California en plena libertad. Es muy fácil criticar de lejos mientras Ramiro está dentro de las entrañas del monstruo jugándose el pellejo. Acuérdate que nosotros somos un solo pueblo”.

Y otros me dijeron: “Compadre, olvídate de guerra ni de combates dirigidos desde la calle 8 de Miami, aquí la solución es que pacíficamente, tranquilamente, gente del régimen como Ramiro, se vayan revirando poco a poco. Es más, lo que debes hacer es enviarle algún dinero por la Western Union para que pueda subsistir en su lucha. Mándaselo a la dirección del Ministerio del Interior y el General Abelardo Colomé Ibarra se ocupará de entregarle el dinero”.

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