2/22/2011

Las pesadillas de los hermanos Castro

Por Normando Hernández González, ex prisionero de conciencia cubano

Hace mucho, pero mucho tiempo los hermanos Castro padecen de pesadillas. Dicen los entendidos en la materia que estas son causadas por la cantidad de asesinatos que han cometido en sus vidas. Otros, también entendidos, aseguran que asesinos de estas tallas no tienen conciencia y más que sufrir por sus crímenes lo que hacen es regocijarse de los mismos.

Pienso que ambas partes tienen razón. Está demostrado que por muy psicópata que sea una persona siempre tiene, aunque sea, un ápice de conciencia, aunque disfrute de sus crímenes. Los gobernantes cubanos no son diferentes. Por eso tienen miedo.

Me cuentan que hace un año los hermanos Castro dieron la orden de asesinar, lentamente, al prisionero de conciencia Orlando Zapata Tamayo y desde entonces no duermen bien. Se despiertan sintiendo como las tonfas de los guardias de la prisión de Kilo 8, en Camagüey les magullan, les desgarran la piel de la espalda, de los hombros y le producen hematomas en el cuero cabelludo como le hicieron a Zapata. Con los ojos desorbitados piden a grito agua porque sienten la reseques en sus gargantas solo de pensar que tuvieron al mártir cubano dieciocho días sin brindarle este preciado líquido para obligarlo a desistir de la huelga de hambre que había iniciado pidiendo se tratara dignamente a los reclusos cubanos. Zapata nunca pidió le dieran el agua que le negaban y con estoicismo soportó la tortura.

La noche se les hace eterna a los que mandan en Cuba. Nada más que cierran los ojos comienzan a ahogarse, como se ahogaba Zapata con sus flemas porque el extractor de las mismas que le tenía instalado en el Hospital Nacional de Reclusos no funcionaba. Dicen que los gobernantes saltan en la cama, tiran patadas al aire y se incorporan asustados, buscando oxígeno porque temen morir asfixiados. Zapata jamás hizo nada de eso.

Fidel y Raúl Castro piden constantemente ser atendidos por especialistas en medicina, fundamentalmente urólogos a pesar de que no tienen problemas renales y todo porque temen que sus riñones le dejen de funcionar como le dejó de funcionar un riñón a Zapata. El prisionero de conciencia nunca pidió médicos.

Comentan que le tienen terror a los hospitales porque cada vez que ven a un enfermo lo que viene a sus mentes es la imagen de Zapata tapado con una sábana blanca hasta el cuello, con vendas que le cubren todo el rostro y que solo le dejan ver los agrietados labios que rodean un tuvo plástico que tiene introducido por la boca. Solo ven a Zapata muriendo en cámara lenta, siendo alimentado por vía parenteral, consumido por 85 días en huelga de hambre. Solo ven a Zapata demostrándoles que es mucho mejor que ellos, que es mucho mejor que todos nosotros ya que entregó su vida, el 23 de febrero de 2010, por amor a la patria que lo vio nacer, por amor al prójimo… Los gobernantes cubanos sienten terror porque temen que el ejemplo de Zapata se multiplique.

También en sus pesadillas aparece la madre del mártir, la Mariana del siglo XXI, la señora Dignidad, la Dama de Blanco Reyna Luisa Tamayo Danger diciéndoles, recordándoles que “Zapata vive” que Zapata no ha muerto. Ven a Reyna Luisa y entran en pánico. ¡Qué cobardes son! Temen a una mujer de la tercera edad e indefensa solo porque honra la memoria del hijo asesinado. Por eso la detienen y golpean constantemente

Por otro lado temen de forma inconmensurable a los seis prisioneros de conciencia que quedan recluidos dentro de las cárceles de la isla prisión que es Cuba, porque no admiten el destierro como condición de libertad. Los prisioneros de conciencia de la causa de los 75 Pedro Argüelles Morán; Librado Linares García; Diosdado González Marrero; Félix Navarro Rodríguez; José Daniel Ferrer García y el Dr. Oscar Elias Biscet nominado, este último, al premio Nobel de la Paz aparecen cada noche en las pesadillas de los hermanos Castro, porque saben que en cada uno de ellos hay un Zapata. Asimismo ven a Zapata en cada cubano, en cada persona, no importa de qué nacionalidad, que se les oponga de forma pacífica. Los hermanos Castro no duermen porque saben que su fin está llegando.

Para colmo ya ni quieren escuchar el Himno Nacional de Cuba. Me aseguran que entran en diarreas porque ven, oyen, palpan y hasta respiran a Zapata en cada uno de sus versos fundamentalmente en aquellos que dicen: “Al combate corred Bayameses/ que la patria os contempla orgullosa/ no temáis una muerte gloriosa/ que morir por la patria es vivir”.

Los mal gobernantes cubanos no duermen, simplemente, porque tienen miedo. No duermen porque saben que la justicia aunque sea tardía siempre llega. No duermen por lo que representa Zapata.

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