La esposa del salvadoreño Francisco Chávez Abarca, detenido y calificado por el presidente venezolano como “gran terrorista”, sospecha que su esposo fue secuestrado en Guatemala para llevarlo a Venezuela de forma ilegal, donde espera la posibilidad de que se le envíe a Cuba, que le acusa de terrorismo.
Karla Guadalupe Trigueros de Abarca aseguró que su esposo estaba en Guatemala y que tenía la costumbre de llamarle con frecuencia vía telefónica. Hasta 15 veces al día hablaban, dijo a El Faro. Sin embargo, el jueves ya no tuvieron comunicación y el viernes se llevó la sorpresa del anuncio del presidente Hugo Chávez, de que Chávez Abarca había sido capturado cuando intentaga ingresar con pasaporte falso.
“Yo hablé por teléfono con él el miércoles 1 de julio, y él estaba en Guatemala, de hecho me dijo que se le estaba acabando el saldo y que me llamaría más tarde. ¿Cómo es que de una noche para otra aparece en Venezuela?”, se pregunta esta mujer que, al igual que su marido, ha tenido un pasado de conflicto con la ley.
Chávez Abarca fue identificado en 1997 como el reclutador de un salvadoreño condenado a muerte en Cuba por haber sido autor de varios atentados con bombas en 1997 en La Habana. El ex soldado René Cruz León confesó a las autoridades cubanas que quien lo reclutó para introducir explosivos a Cuba y detonarlos en distintos lugares turísticos, fue Chávez Abarca. Los atentados provocaron la muerte de un turista italiano y Cruz León fue procesado y condenado a muerte en 1999. En 1998, Cuba detuvo a otro salvadoreño, Otto Rodríguez Llerena, quien también confesó su participación en varios de los atentados con bombas. Al igual que Cruz León, está preso y fue condenado a muerte.
A finales de los 90s, el periódico The Miami Herald reveló que Chávez Abarca pertenecía a la red del anticastrista Luis Posada Carriles, quien hace años escapó de una cárcel venezolana, acusado de dinamitar en pleno vuelo un avión de Cubana de Aviación.
La esposa de Chávez Abarca agrega otra razón para sospechar que su esposo fue secuestrado porque él siempre la mantenía informada sobre todos sus movimientos, y nunca le dijo que tuviera planes de viajar a Venezuela: “Él me hablaba hasta 15 veces diarias, siempre me contaba todo, me tuvo que haber dicho de su viaje, además, el pasaporte no tenía sello de salida de Guatemala... sospecho que fue un secuestro de agentes venezolanos”, dice Trigueros.
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Foto: El Economista
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