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Por: Armando Rodríguez Lamas. Periodista Independiente.
Habana-Cuba, 3 de julio de 2010. Todo parecía que iba a quedar en un cólico del riñón, cuando en la noche del día primero del mes en curso, Jorge Luis tuvo que llevar a su esposa urgente al hospital militar Carlo J. Finlay del municipio capitalino de Marianao. Por supuesto que como acompañante fue la única hija y el esposo, de esta pareja, pensaron que la señora tenía algo de operación. Al ver al médico de guardia y después de varios exámenes, se pudo comprobar que la señora tenía un cálculo renal, lo que le produjo el cólico.
De regreso a su vivienda fueron interceptado por el carro patrullero 580 y quien después de revisar toda la documentación le dijo a Jorge que le hablara claro, que si estaba boteando, (tirando pasaje sin autorización), le hablara en cubano y se entenderían; como Jorge Luis pudo demostrar que quienes lo acompañaban en su destartalado auto marca Moskovich eran sus familiares y el patrullero no pudo obtener su remesa, le dijo en tono amenazante…pues de ahora en adelante, cuídate del 580.
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