La Habana.- Millones de cubanos estarán pegados el lunes a sus televisores en busca de respuestas cuando el presidente Raúl Castro pronuncie el discurso más importante del año.
Cuatro años después de reemplazar a su hermano Fidel Castro con la promesa de mejorar la deteriorada calidad de vida de su pueblo, la lista de interrogantes es larga y cada vez más cubanos expresan frustración por la lentitud de los cambios, citó Reuters.
Un millón de empleados públicos que Castro ha dicho que "sobran" querrán saber, por ejemplo, si van a ser despedidos. Otros se preguntan si el presidente piensa generalizar su experimento de privatizar pequeños negocios como barberías.
"Yo esto lo veo súper lento, lentísimo. Es un proceso que no sabemos si es para adelante o si es para atrás", dijo Iván, un albañil en el centro histórico de la Habana Vieja.
Los inversores extranjeros buscarán en la voz ronca del general de 79 años señales de que Cuba liberará millones de dólares congelados en sus bancos por problemas de liquidez y abrirá nuevas áreas de su economía socialista al capital.
Y la oposición querrá saber si la decisión de Castro de comenzar a liberar este mes a 52 presos políticos representa un cambio de mentalidad o es sólo una concesión táctica ante las críticas internacionales sobre derechos humanos.
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