11/07/2009

La pobre gente

Por Luis Tornés Aguililla. 7 de noviembre de 2009.


« La pobre gente » no son las personas que, desde hace casi un mes están sitiadas y acosadas dentro del domicilio de Vladimiro Roca en La Habana por los servicios represivos del gobierno cubano sino las decenas de individuos que el régimen ha movilizado para tirar huevos contra esa casa y para gritar improperios a esos cubanos que plantan cara.


En esas perversas y vomitivas expresiones del fascismo isleño, cuyos orígenes vienen de mucho antes de 1959*, hemos podido ver por internet la presencia de niños inocentes obviamente manipulados y llevados a esas manifestaciones por los adultos y también hemos escuchado y traducido a idiomas extranjeros, el rosario de indecencias dichas ante la casa de Vladimiro Roca.


Dignos de lástima ahora y, de perdón después, son esas personas que, por falta instrucción cívica, se dejan arrastrar a instintos primarios y ceden a la tentación de acomodarse con los que tienen el poder de reprimir, encarcelar y matar pero cuando los actos de esa "pobre gente" sean evaluados por los historiadores, entrarán, ellos también, en la categoría de « víctimas del castrofascismo en Cuba ».


El verdadero responsable de esos inquisitoriales autos de fe es Raúl Castro Ruz y su atajo de alabarderos porque en Cuba, ese tipo de acción internacionalmente visible, dispone siempre de una atención especial por parte del jefe de gobierno cuyo único objetivo es, en lo adelante, poder morir en su cama.


Dije « morir en su cama » pero siempre con un ojo abierto porque en Cuba hay oficiales de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior y también miembros del Partido Unico que se hacen preguntas definitivas cuyas respuestas podrían brotar el día menos pensado como un alud imparable y convergente que , in fine, podría dar al traste con el régimen liberticida de los hermanos Castro.


La acción de Vladimiro Roca y de Martha Beatriz Roque junto a sus compañeros tiene, por lo menos, el mérito de existir como ejemplo para el pueblo bueno y también para « la pobre gente ».



* leer sobre ese tema, el instructivo libro de Roberto Solera de Castro « El jardín de mis recuerdos » Editorial « TERMINO EDITORIAL »

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