Mi nombre es Misleidys Bonachea Hernández, resido en la calle 136, no. 6502, e/ 65 y 67, reparto Los Pocitos, Marianao, Ciudad Habana, con el No. de IP 80011006330, en pleno uso de mis facultades físicas y mentales, y a todos los efectos que del mismo puedan derivar, expongo por el presente testimonio los pormenores que a continuación relaciono:
-Mi esposo, Eddy Rodríguez Alvarez, de 34 años, se encuentra recluido en la Prisión Provisional Cerámica Roja, enclavada en la ciudad de Camagüey, región en la que fue detenido después de haberse evadido del destacamento de mínima seguridad de la prisión de Quivicán, en la que extinguía una condena de 16 años, por un delito de Asesinato en grado de tentativa. Al momento de esta fuga había cumplido la mitad de la sanción.
-Por el cargo de evasión le fue impuesta una nueva condena de 6 años.
-En horas de la madrugada del 28 de septiembre de 2009, aprovechó la confusión creada por el escape de tres reclusos para sumarse, acción que no logró concretar.
-Al sentirse descubierto, trató de esconderse, siendo detectado por el oficial Sardiñas, a cuya autoridad se plegó sin oponer resistencia.
-Después de estar bajo estricto control, fue sometido a una brutal golpiza por parte de tres militares, de apellidos, Gómez, Zayas y Morejón; este último, admitió ante mí, su culpabilidad en tan repugnante crimen.
Como resultado, mi esposo quedó con fracturas en el codo derecho y en dos costillas, con importante inflamación del brazo, antebrazo derecho, y la región abdominal, costal y dorsal, acompañado de hematomas que ya eran oscuros cuando los vi, dos días después.
-Otra consecuencia inmediata del incalificable atropello fue la presencia de sangre en las heces fecales y nauseas.
-A pesar de haber recibido dos castigos –golpeadura y confinamiento en celda de aislamiento- las autoridades penitenciarias pretenden procesarlo penalmente por un inexistente delito de atentado, cuando por el contrario, fue la víctima. Esta maniobra evidentemente trata de encubrir los crímenes cometidos en la persona de mi esposo motivo por el cual la estoy denunciando.
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A: María Esther Reus, Ministra de Justicia, República de Cuba.
De: Misleidys Bonachea Hernández, calle 136 No. 6502 e/ 65 y 67, Los Pocitos, Marianao, Ciudad de La Habana. CI 80011006330.
Sra. Ministra:
La que suscribe, ciudadana cubana, mayor de edad, en uso y dominio de mis facultades físicas y mentales, y en ejercicio de mis derechos, me dirijo a Usted para exponerle, de manera sucinta, el trato cruel y degradante de que ha sido objeto mi esposo, Eddy Rodríguez Alvarez, recluido en la Prisión Provisional Cerámica Roja, sita en la ciudad de Camagüey.
Como es conocido a través de la prensa independiente cubana, en horas de la madrugada del lunes 28 de septiembre del año en curso, tres reclusos lograron evadirse de la mencionada prisión. Mi esposo intentó incluirse en este acto, pero en ningún momento rebasó la cerca perimetral; fue detenido por el oficial apellidado Sardiñas, a quien no ofreció resistencia.
Este señor no tomó represalia inmediata, pero obviamente él u otro oficial facultado, dieron la orden a tres militares de propinarle una brutal paliza, mientras permanecía reducido a un estado de total indefensión. Lo vi dos días después de esta canallesca e injustificada agresión, y los efectos del ataque todavía eran sobresalientes; la inflamación era marcada en el brazo y antebrazo derechos, y los hematomas diseminados por diferentes partes del cuerpo resultaban alarmantes. El certificado médico –no se me mostró, pero fue comentado por el Jefe de la Unidad, Mayor Juan Carlos Cruz Guillen- menciona la fractura del codo derecho y dos costillas.
Los uniformados participantes en la acción se apellidan Gómez, Zayas y Morejón; este último, admitió su participación en tan cobarde acto, que mancilla y deshonra el uniforme del Ministerio del Interior.
He dirigido esta nota a su persona, por haber sido Usted quien manifestó ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas que en nuestro país, no se cometen torturas contra los prisioneros.
Espero que en el próximo Informe, tenga el civismo y la honradez de mencionar el caso de mi esposo, para que nuestro país pueda aspirar a un mínimo de credibilidad ante la opinión pública internacional. Quiera Dios que nuestras autoridades penitenciarias pongan fin a actos de esta naturaleza.
Sin otro particular, y a los efectos que pueda originar, firmo la presente en la ciudad de La Habana, a los 5 días del mes de octubre 2009.
A: General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba.
De: Misleidys Bonachea Hernández, vecina de calle 136 No. 6502 e/ 65 y 67, Los Pocitos, Marianao. CI: 80011006330.
Presidente:
Me dirijo a Usted para ponerlo en conocimiento de un hecho lamentable, porque presumo que de haberle sido impuesto, puedan haber sido distorsionadas las circunstancias para hacer recaer toda la responsabilidad en la persona de mi esposo, Eddy Rodríguez Alvarez, recluido en la Prisión Provisional Cerámica Roja, sita en la ciudad de Camagüey.
A resultas de un fallido intento de evasión, mi esposo fue sometido a una brutal golpiza por tres uniformados, después de encontrarse reducido por la vía pacífica por el oficial Sardiñas. Con los pormenores de este evento no pretendo abrumar su preciado tiempo, pero sí necesito expresarle mi sorpresa ante la diversidad de castigos con que las autoridades carcelarias intentan hacerle purgar su frustrado delito.
Haber sido destrozado a golpes y sometido a un prolongado confinamiento en celdas de castigo –sin tener en cuenta sus lesiones y dolores-, no parecen suficiente punición a la jefatura del penal, pues me informaron que comenzarán a incoarle un proceso penal por un fantasmagórico delito de atentado, siendo la realidad que la única víctima de un cobarde atentado ha sido mi esposo.
Los autores materiales de este acto vandálico se apellidan Gómez, Zayas y Morejón; este último, en mi presencia, admitió la comisión de su delito, previsto y sancionado por las leyes vigentes en nuestro país.
En espera de que su justo arbitrio imponga la reparación que el caso amerita, firmo la presente en la ciudad de La Habana, a los 5 días del mes de octubre de 2009.
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