10/20/2009

Recuento de una detención arbitraria.

Por Magaly Norvis Otero Suárez

Centro de Información Hablemos Press (CIHPRESS)

Cuba/ Un activista político en el oriente de Cuba, realizó un recuento de lo que le sucedió. Acusa a las autoridades de su localidad. Dice haber sido secuestrado por un militar cuando paseaba por la ciudad.

La pasada semana se presentó en mi casa un guardia. Me informó que debía acompañarlo a la unidad policial de Velasco en Holguín, explica Gonzalo Garrido, representante de la Alianza Democrática Oriental.

“El oficial Juan Carlos Espinosa, jefe de la Seguridad del Estado en el municipio quiere entrevistarte”, me notificó. Me negué a ir porque tenía ese día un trabajo espiritual. El agente me expresó, “bueno ese no es mi problema, yo cumplo órdenes superiores”, me dio la espalda y se marchó, narra el activista.

El día 9 del propio mes, transitaba por los alrededores del recinto policial y me detuve a saludar a Moraima, una amiga, que por casualidad nos encontramos. De pronto un guardia servidor del régimen castrista se abalanzó hacia mí y sin mediar palabras me secuestró empujándome para dentro de la unidad.

Al momento pensé que podía ser una equivocación, pues yo solo conversaba con mi amiga. Ella quedó enajenada ante tanta violencia, pude notarlo en su rostro. La insensibilidad que presenció en aquel funcionario del orden interior la dejó pasmada.

Ya dentro me llevaron a una oficina, más bien un cuarto de interrogatorio. Para mi sorpresa allí estaba Espinosa. Comenzó a agredirme verbalmente a penas entre. Las amenazas no faltaron. Me advirtió que dejara de reunirme con Rafael Leiva Leiva, figura familiar en la comunidad de la disidencia en la localidad de Velasco, quien es presidente del Movimiento Viva Cuba Libre, una organización que exige cambios al régimen.

Entre las tantas cosas que escuché decir al gendarme, una de ellas fue que me iba a desaparecer. “Tengo elementos suficientes para mandarte a prisión. Hasta por multa de tránsito pendiente a pagar, puedo procesarte y condenarte”, me recordó el militar enfurecido.

Le pregunté, si era delito querer vivir en libertad, sueño de todos los cubanos, que incluye aperturas, el fin de la represión, el acceso a Internet, el desarrollo de las microempresas propias, el derecho de viajar libremente al extranjero. Reunirse en un parque a hablar de democracia y de cómo contribuir para que el régimen no maltrate a los ciudadanos no es delito… Aquellas palabras dieron fin al interrogatorio.

El oficial dio un golpe fuerte en el buró y gritó “cállate, por esas palabritas tenemos a mucha gente presa”. “Se que es así, pero un día la libertad de expresión en Cuba no será más un performance”. Me dijo, vete, ya se quien eres. Antes de marcharme dejé claro al militar que el día que me llevaran a la cárcel sería por ejercer como un activista político y no abran rejas en el mundo que callen un secuestro como este.

La Alianza Democrática Oriental, es una organización que se oponen al castrismo. Opera en cinco provincias del oriente de la isla y agrupa a más de 20 organizaciones

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