9/09/2009

EN EL CASO HONDURAS LA LÓGICA SE FUE A BOLINA

Por Aldo Rosado-Tuero - Nuevo Acción

De la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, se salió pacíficamenet mediante un plesbicito (que es una elección) celebrado bajo el gobierno presidido por el propio Augusto Pinochet.

De la dictadura militar argentina, se salió mediante unas elecciones, que tuvieron lugar aún con los militares en el poder. En ambas ocasiones, hubo observadores electorales extranjeros, que certificaron la limpieza de los procesos electorales.

Llama poderosamente la atención, que ahora toda la América, incluyendo a la del Norte del Continente, nieguen esa posibilidad al pueblo hondureño, cuando la más elemental lógica indica, que lejos de negar la sal y el agua a los que apoyan las elecciones en Honduras, como la mejor manera de salir de la crisis y restaurar el orden constitucional, sin derramamientos de sangre, lo que debiera de hacerse es reclamar a los actuales gobernantes que dejaran que observadores extranjeros garantizaran que esas eleciones sean limpias e imparciales y enviar a esos observadores.

El actual gobierno de Honduras, ha ofrecido todas las facilidades para que la OEA y otros gobiernos del Continente y del mundo manden a observadores a las elecciones generales del próximo noviembre, pero lejos de aceptar esa magnífica oportunidad, para terminar de una vez y por siempre con la crisis, se insiste hasta el cansancio en que esas elecciones no serán reconocidas.

¿Qué se pretende con esa postura? ¿El regreso a “huevos” del transgresor de la Constitución hondureña, Mel Zelaya, para—como ya ha sugerido Chávez—se suspendan las elecciones hasta el próximo año y se maniobre para que se modifique la Constitución y se logre el sueño de los Socialistas del Siglo XXI, de establecer, también en ese país la re-elección indefinida, como en todos los países del ALBA?

Es que acaso hay alguien con dos dedos de frente que pueda afirmar seriamente que el gobierno presidido por Roberto Micheletti, es más represivo que el de Augusto Pinochet en Chile y las Juntas de Milicos argentinos? Si bajo las circunstancias que existían en esos dos países se apoyaron las elecciones y se enviaron veedores para garantizar su transparencia, entonces ¿Bajo que premisa se puede justificar la posición inamovible de tantos gobiernos ahora? Razonando con lógica, y presumiendo que sea verdad—y no lo es—de que en Honduras tuvo lugar un golpe de Estado ¿No es esta una salida limpia, sin sangre y legítima, teniendo en cuenta que las elecciones primarias de los partidos se celebraron—con observación de la OEA—antes del supuesto “golpe de estado”, y que los candidatos que ahora acuden a las urnas, son los mismos que fueron nominados en esas elecciones primarias?

O ¿Es que la lógica no funciona, porque la enorme tubería abierta de los petro dólares chavistas ha comprado muchas conciencias y de lo que se trata, no es de resolver pacíficamente el impasse democrático de Honduras, sino de que no se convalide el parón dado por las instituciones, las clases vivas, la inmensa mayoría de la clase política, el empresariado y el pueblo catracho, a los planes expansionistas de los Socialistas del Siglo XXI y a las aspiraciones del ALBA de “comerse” a Centro América, como paso previo a la comunización de todo el Continente?

No hay excusa valedera posible para rechazar las elecciones de Honduras. Lo que hay que hacer, si se actúa con honradez, para que regrese la normalidad democrática a ese pueblo centroamericano, es enviar observadores y veedores internacionales imparciales para supervisar dichos comicios, y tener la seguridad de que quien obtenga el triunfo, lo hizo en buena lid, y que fue el escogido democráticamente por el pueblo hondureño.

Lo demás, es una hipocresía y un descaro, rayano en la complicidad con los totalitaristas de nuevo cuño.

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