6/05/2009

Venezuela y Cuba: ayer y hoy

El gobierno de Betancourt rompió relaciones con La Habana en 1961

No cabe duda que los tiempos cambian. Hoy en día, en tiempos de "revolución chavista", la diplomacia venezolana está abocada a defender a capa y espada al régimen totalitario, aun marxista-leninista, de los hermanos Fidel y Raúl Castro en la Organización de Estados Americanos (OEA) y en otros foros multilaterales.

No obstante, 47 años atrás, a inicios de la era democrática venezolana, en momentos de Guerra Fría, la situación era diametralmente opuesta. Entonces, en los sesenta, los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni enfilaban sus baterías diplomáticas bilaterales y multilaterales contra el castrismo, precisamente por haber dejado de lado el sistema democrático, de pluralismo y libertades políticas, optando por la dictadura comunista como forma de gobierno y de dominación, y por exportar ese modelo hacia América Latina.

De tal forma, es de recordar que en noviembre de 1961 el recién instaurado gobierno de Betancourt rompió relaciones diplomáticas y comerciales con el de Fidel Castro, alegando que sus actuaciones de política exterior perturbaban la tranquilidad política del Hemisferio y amenazaban la estabilidad democrática que con tanto esfuerzo se estaba logrando en Venezuela. Ya antes, en agosto de 1960, en San José de Costa Rica, Venezuela había votado a favor de la resolución aprobada en la VII Conferencia de Cancilleres de la OEA, que condenaba la injerencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la isla caribeña. Por otra parte, en la célebre reunión de la OEA, celebrada en Punta del Este, en enero de 1962, en la cual fue suspendida Cuba del sistema interamericano (resolución hoy levantada), el representante venezolano votó a favor.

La política de Leoni de rechazo a Cuba y a todos los gobiernos dictatoriales del Hemisferio, fueran de izquierda o derecha, también fue activa sobre todo en la OEA. Así, en la IX Reunión de Consulta de Cancilleres, efectuada en 1964, nuestro país logró que se condenara al régimen de Castro por un acto de agresión contra Venezuela (específicamente por enviarle armas a la guerrilla venezolana en 1963) y, por ende, por intervenir en los asuntos internos venezolanos.

A Cuba se le impusieron en esa oportunidad todas las sanciones previstas en el instrumento del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), con la excepción de la acción militar directa.

Como vemos, los dos primeros gobiernos del período de la injustamente denostada democracia de Puntofijo, emprendieron acciones contundentes de defensa y promoción de la democracia representativa hacia Cuba y hacia toda la región. Con ello, además de sentar las bases de la política democrática de los gobiernos que se sucedieron hasta 1998, lograron gran prestigio internacional. Venezuela era un faro de luz democrática para el Continente.

¿Y ahora? Venezuela ha pasado a ser el ícono del radicalismo ideológico en América Latina, ha pasado a cumplir el triste papel de defensor de la única (por ahora) dictadura comunista del Hemisferio.

Mteresa100@hotmail.com

El Universal

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