5/17/2009

¿Con quién se discute?

Luis Cino


LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - El ciclo de conferencias sobre los 50 años de la revolución cubana, organizada por la Queen University, de Kingston, Ontario, Canadá, resultó una dilatada merienda de locos. En los tres días que duró, más allá de los comentarios desesperanzados de Mariela Castro sobre la homofobia de los militares del ejército de su papá y de los apuntes de una conferencista californiana sobre la influencia china en los raperos cubanos (¿?), todo lo demás giró en torno a las culpas del embargo-bloqueo. Como si en una historia de medio siglo no hubiera otro asunto que tratar.

Paradójicamente, Ricardo Alarcón, presidente del parlamento cubano, fue de los pocos que dijo algo sensato. A pesar de su arrogancia por encargo de los jefes, al asegurar que Cuba no tiene que hacer absolutamente nada para resolver su diferendo con Estados Unidos, y de su habitual cinismo respecto a la democracia, Alarcón, en su discurso en inglés, precisó algo esencial: “Realmente lo que hay que discutir es cómo tener una relación normal conforme a los principios del derecho internacional y del sentido común entre dos países vecinos”.

En la Cumbre de Cumaná, el general Raúl Castro, apoyado en el hombro de su “socito” Daniel Ortega, y manoteando en su cara que daba gusto, dijo estar dispuesto a discutir “de todo” (incluidos presos políticos, derechos humanos y libertad de prensa) con los Estados Unidos. Luego de ser traducido y reinterpretado por el Compañero Fidel, la oferta se redujo a discutir de derechos humanos, “en igualdad de condiciones y no sólo sobre Cuba”.

Pero sucede que acerca de democracia, derechos humanos y libertades de cualquier tipo, no se habla con gobiernos extranjeros, sino con su propio pueblo. Los compañeros Fidel y Raúl Castro, tan preocupados durante tanto tiempo por la soberanía nacional, debían saberlo.

Con el gobierno norteamericano pueden discutir sobre la base de Guantánamo, el límite de las aguas territoriales, la lucha contra los traficantes de drogas y de inmigrantes ilegales y tratados comerciales mutuamente ventajosos si al fin levantan, un día de éstos, el embargo-bloqueo.

A fin de cuentas, en la conferencia de la Queen University, Josefina Vidal Ferreiro, directora del Departamento de Norteamérica del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, afirmó: “Todo con Estados Unidos es negociable, excepto nuestra soberanía y nuestro sistema político”. Por tanto, tales temas hay que ventilarlos, como los trapos sucios de la familia, de la puerta para adentro.

No imagino cómo será más asimilable para el régimen castrista tratar de democracia y derechos humanos con los cubanos: si en asambleas verdaderamente populares y libres o en un diálogo nacional con la oposición civilista. De cualquiera de las formas, sería más digno que negociar nuestros asuntos internos con el gobierno de otro país, por muy respetuosas y en igualdad de condiciones que sean las conversaciones. Digo yo, no sé qué opinarán los comunistas revoltosos de kaosenlared y otras yerbas.

luicino2004@yahoo.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Buen articulo de Luis Cino, que muestra como esta desconectada la informacion entre todas las organizaciones, instituciones y personas que ofrecen una vision diferente a la castrista. Ni un Luis Cino supo que unos 50 cubanos dignos le dimos una paliza civica a Mariela y Alarcon por mas de 7 horas.

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