(www.miscelaneasdecuba.net).- Más de doscientos presos políticos languidecen en las cárceles de Cuba. La historia ha recogido con dolor la realidad de miles de hombres que en las mazmorras de Castro dejaron sus vidas; otros tantos que por oponerse, hoy tienen como sepultura una fosa en un lugar desconocido, o un espacio en el Estrecho de Florida.La oposición interna, marcada por diferentes tendencias políticas, propone en cada proyecto como punto común la libertad incondicional de todos los presos políticos. Es el vértice que nos une y por el cual debemos enfrentar con resignación que en ocasiones, cuando esperamos que algunos sectores de la comunidad internacional se solidaricen con nuestra causa, lo que recibimos es una completa ignorancia. La reciente visita de los congresistas americanos, quienes sostuvieron un encuentro con el Gobierno que nos desgobierna hace 50 anos, así lo demostró.
Nada más importante que unir nuestras fuerzas y proclamar sin descanso el derecho de los cubanos a ser libres e independientes. Nuestra soberanía y el rescate de nuestras libertades, es una cuestión de los que a diario sufrimos la dictadura, de aquellos que el obligado destierro los arrancó de su patria y que aún desde lejos padecen nuestras penurias.
Sin ánimos de lastimar ni señalar a nadie, los de acá sabemos que nos falta mucho para entender los principios de una verdadera democracia. Es para nosotros algo completamente desconocido, luchamos a diario con uñas y dientes por restablecer un estado de derecho en nuestra patria que nos permita sobre todas las cosas libertad de expresión.
Es por eso que no cuestiono el hecho de que estos congresistas pasaran por alto la existencia de las Damas de Blanco, un grupo de mujeres que durante seis largos años exigen pacíficamente la libertad de sus seres queridos.
Por otra parte, durante su estancia en Cuba se habilitaron subsedes para apoyar el Primer Congreso del Presidio Político celebrado en Miami, para lo cual la Policía Política del Gobierno desató una represión sin igual. Las imágenes de la golpiza que recibió el periodista independiente Álvaro Yero Felipe hablan por sí solas. Detenciones temporales, amenazas e imposiciones caracterizaron las acciones de los esbirros durante estos días.
¿Entonces, cuál es la esperanza de este pueblo? Sin lugar a dudas muchos abogan por el diálogo. Yo en lo personal, y hablo en nombre de una generación que comienza a sentir la necesidad de ver cambios a corto plazo, me aferro al pensamiento martiano que expresa: “La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.” (4,193).
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