4/06/2009

Cables


Juan Carlos Linares Balmaseda


LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – En Cuba, cuando una noticia contrarrevolucionaria disocia el orden revolucionario, empiezan a merodear por los barrios de la capital las furgonetas de la Inquisición.

Lentas, como reptiles acechando la presa, las furgonetas llevan pintadas en las puertas el logotipo de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. Otras vienen sin etiquetas, pero los vecinos saben que pertenecen al Ministerio del Interior, los colores de sus matrículas las delatan: verde y azul.

Cada tripulación está compuesta por el chofer y dos o tres especialistas en electrónica y comunicaciones. Peinan cuadra por cuadra. Atentos, observan los tendidos eléctrico y telefónico. También el chofer coopera durante el rastreo. Al menor entrecruzamiento de un cable sospechoso, se detienen. Aparcan al borde del contén y emplazan la escalera para que uno de ellos suba a la cima del poste, si es preciso.

Cuando descubren cables conductores de “información contrarrevolucionaria”, se suman otros inquisidores tales como patrullas de la policía, dirigentes locales del Partido Comunista, Federación de Mujeres Cubana, Comités de Defensa de la Revolución. Entran en las propiedades ajenas, tumban los cables destruyendo equipos dentro de los hogares, confiscan, imponen multa de hasta 30 mil pesos, y prisión para quienes infrinjan las disposiciones del Ministerio de Informática Comunicaciones.

El gobierno emplea millonarios recursos para impedir que la población reciba las señales televisivas del extranjero. Sin embargo, cientos de películas, telenovelas, seriales científicos o culturales, son pirateados y exhibidos en la televisión estatal.

Si bien es cierto que los inquisidores se esfuerzan a la hora de buscar y capturar a los que intentan salirse de la asfixiante programación televisiva nacional, la población es cada vez más ingeniosa. En el momento en que los camuflados son identificados, corren las voces en clave de ventana a balcón y de balcón a azotea, llamando al desmantelamiento de los cables, que ahora van y vienen soterrados, por dentro de las tuberías hidráulicas, sanitarias y otras sutilezas que es mejor no revelar.

Franco habla sobre los peligros de la televisión:

http://cubanet-d.c.topica.com/maamY89abPns5aPaSWGb/

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