La Habana, 22 mar (EFE).- El Gobierno cubano entregó a campesinos casi un millón de hectáreas de tierras, uno de los proyectos capitales del presidente del país, Raúl Castro, pero la agricultura en la isla aún no funciona porque es "una cadena con muchos de sus eslabones oxidados", revela hoy la prensa oficial.
En un extenso reportaje, el diario "Juventud Rebelde" detalla que quienes recibieron tierras en usufructo tienen grandes dificultades para ponerlas a producir, conseguir aperos de labranza y semillas o comercializar las cosechas.
"El proceso reclama mejor estructuración. Los usufructuarios empiezan a formar parte del gran sistema de la agricultura cubana, una cadena con muchos de sus eslabones oxidados que no siempre se articulan bien", afirma el periódico.
Añade que gran parte de las tierras entregadas ha llegado al mes de marzo sin estar lista para el cultivo.
El objetivo de Castro es aumentar la producción de alimentos, ya que Cuba importa más del 80 por ciento de los que consumen sus 11,3 millones de habitantes, con un costo anual que supera los 2.500 millones de dólares.
El Gobierno anunció la entrega de tierras en abril pasado, en julio emitió el decreto correspondiente y a finales de septiembre comenzaron los trámites para dar a campesinos, asociaciones o cooperativas hasta 13,4 hectáreas, incluso 40,3 si ya poseen algún cultivo en producción.
La entrega no cambia la titularidad de la tierra, que sigue siendo estatal, pero las personas físicas las reciben en usufructo por diez años y las jurídicas por veinticinco, en ambos casos con revisión anual del contrato y el cumplimiento de metas, y con la posibilidad de prórroga por periodos similares.
Los adjudicatarios deben acordar con las autoridades los planes de producción de cada parcela y el 90 por ciento de lo cosechado han de venderlo al Estado, al precio que fije el Gobierno.
Félix Palau, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Máximo Gómez de Ciego de Ávila, comenta que, si no se capacita a los nuevos productores, habrá obstáculos importantes para cosechar suficientes alimentos.
"Se les están entregando tierras a muchas personas que no tienen conocimiento alguno sobre ellas. Por tanto, están necesitados no sólo de una capacitación, sino de una alfabetización agrícola, que es dotarlos de un conocimiento básico. Eso tiene que estar ordenado y certificado por un organismo o entidad", añade.
Palau ha observado "quema de terrenos para prepararlos, con la consiguiente degradación de los suelos, y un mal manejo de los fertilizantes con un impacto en el medio ambiente, en el deterioro de los cultivos y su rendimiento y en la propia salud de las personas".
Además, agrega, "es vital conocer el potencial productivo de los usufructuarios y la capacidad de Acopio (organismo estatal) para asimilar sus producciones. De lo contrario, puede ocurrir que no tengas la disponibilidad para recogerlas y éstas se pierdan", como sucedió con el tomate en Ciego de Ávila.
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