SONIA GARCÍA
A las 19.30 horas.
Còrsega, 299.
Entrada libre.
Ricardo Figueredo forma parte de la generación de nuevos realizadores en Cuba. La Casa Amèrica presenta hoy su primer largometraje, Sexo, historias y cintas de vídeo.
--¿Qué aborda en este filme?
-- Me interesaba contar los problemas de los que ejercen la prostitución. No hablo de las mujeres que van con los turistas, sino la del barrio, donde se vende el cuerpo a cambio de frijoles o una cerveza. La que sufre más es la mujer: la maltratan los que la compran, la policía y los proxenetas.
--¿No hubo censura?.
--La censura es por momentos, pero ningún policía ha venido a verme y no creo que me metan preso. El documental fue elaborado de manera independiente y así se puede hacer un cine más honesto y con un mayor compromiso. Los problemas fueron económicos.
--¿La película, qué pretende?
--No es un documental que busque cambiar al Gobierno o que sea contrarrevolucionario, sino que analiza, desde otra perspectiva, lo que son o cómo son los cubanos.
--¿Qué opina de los testimonios de sus entrevistados?.
--Todos tienen sueños y metas y cuadros de vida complicados de los que difícilmente pueden salir. Por ejemplo: una niña obligada a prostituirse por su madre desde los 13 años. Eso no es culpa del Gobierno o del bloqueo, sino de la brutalidad humana. Ser jinetera (prostituta), da estatus a las mujeres. La prostitución sigue siendo un negocio en Cuba y en todo el mundo.
--¿Cómo ve su futuro?
-- Voy a realizar una película con 10 jóvenes cineastas de menos de 30 años, sobre cómo ven la revolución cubana 50 años después.
--¿Usted, cómo la ve?
--Pienso, al igual que Fidel Castro, que se deben cambiar muchas cosas. Hay que evitar seguir cometiendo errores.
El Periódico.
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