La misión de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo, de la que tengo el honor de ser presidente, es educar a esta generación y a las futuras sobre la historia, la filosofía y la herencia del comunismo.
Fundación Heritage
Por Lee Edwards
Casi dos décadas después de la caída del Muro de Berlín y el derrumbe del comunismo en Europa del Este y Central, 5 naciones siguen siendo “cautivas” del comunismo –China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Laos–.
En medio de todo el jaleo por las Olimpiadas en Pekín y los “ohs” y “ahs” por las docenas de rascacielos que se elevan sobre la capital china, debemos tener presente que China también es un país con campos de trabajos forzados. Estos campos constituyen el gulag chino –el laogai– lleno con entre 4 y 6 millones de presos que incluyen decenas de miles de personas cuyo único crimen ha sido criticar públicamente al régimen comunista. Estos son los incómodos datos para los que quieren hacer negocio con la China comunista, pero hay que contar la verdad sobre el comunismo.
Nuestros hermanos judíos entienden lo que está en juego. Ellos entienden que la historia no debe olvidarse, o si no se repetirá. Ellos siguen recordándo al mundo el Holocausto, gritando: “Nunca más”. Por tanto, nosotros también debemos recordar los crímenes y a las víctimas del comunismo.
Cuando se trata del comunismo, no separar el hecho de la ficción y el mito de la realidad, explica en parte por qué persiste en Cuba, donde el régimen silencia cualquier oposición; en Corea del Norte donde el pueblo sufre una pesadilla totalitaria; en Laos y Vietnam, donde se niegan los derechos humanos más elementales; y en China, cuyos líderes todavía fingen que los estudiantes a favor de la democracia no fueron masacrados en la Plaza de Tiananmen en junio de 1989. ¿Cuál es la verdad sobre el comunismo? Que desde el principio fracasó en el cumplimiento de cada una de sus promesas. Prometió pan pero produjo escasez y racionamiento crónico de alimentos. Prometió paz pero sacrificó a los jóvenes en guerras libradas en tierras remotas. Garantizó a los campesinos la tierra pero los mandó a las cooperativas. Dondequiera que llegaron al poder, los comunistas mataron Así ocurrió en los campos de la muerte de Camboya, donde uno de cada 6 civiles falleció. También en los “campos de reeducación” de Vietnam, llenos con un millón de personas en un país con una población de 20 millones. En Corea del Norte, las trágicas hambrunas que han diezmado a la población durante medio siglo.
La misión de la Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo, de la que tengo el honor de ser presidente, es educar a esta generación y a las futuras sobre la historia, la filosofía y la herencia del comunismo. Nuestro primer paso fue construir y dedicar, en junio de 2007, el primer monumento de su tipo en el mundo honrando a todas las víctimas del comunismo, que son más de 100 millones. Está situado en el Capitolio, en Washington, D.C., a sólo 4 calles del Congreso de Estados Unidos. Nuestro segundo paso es construir el Museo Global del Comunismo, el primer museo en Internet que contará la historia completa del comunismo desde El Manifiesto Comunista de Carlos Marx a los sucesos actuales en países comunistas como China y Cuba. El museo virtual estará listo a principios de 2009, en el vigésimo aniversario del colapso de la caída del comunismo en Europa del Este y Europa Central y de la desintegración del imperio soviético. Nuestro tercer paso será la construcción de un museo tradicional (de cemento y ladrillo) en Washington D.C., será el Museo y Biblioteca de Estados Unidos sobre el Comunismo.
Sabemos que es un programa ambicioso, pero los tiempos exigen ser intrépidos y comprometidos con la causa. El comunismo no está muerto, sino vivo, demasiado vivo en las naciones cautivas: China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Laos.
Los que utilizan el comunismo para mantener su poder querrían que nos olvidáramos de los crímenes y de las víctimas del comunismo tanto las del pasado como las del presente. Pues no lo haremos, especialmente ahora, que celebramos la quincuagésima ceremonia de la Semana Nacional de las Naciones Cautivas, una ocasión para comprometernos con renovadas fuerzas a que naciones y pueblos nunca más permitan que semejante tiranía maligna vuelva a aterrorizar al mundo.
©2008 The Heritage Foundation
* Traducido por Miryam Lindberg
Lee Edwards es historiador y miembro especializado en pensamiento político de la Heritage Foundation. Ha escrito más de 15 libros, entre ellos una biografía de Ronald Reagan, otra de Barry Goldwater y una historia de la Heritage Foundation. Su última obra se titula Reading the Right Books: A Guide for the Intelligent Conservative (Leer los libros correctos: Una guía para el conservador inteligente).
Libertad Digital
1 comentario:
No olvidemos jamas a las victimas del comunismo!!! No sabia de la existencia de esta fundacion, gracias por mantenernos al tanto de todo.
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