La República Checa consideró hoy prematuro suprimir definitivamente las sanciones diplomáticas a Cuba, durante una reunión técnica en la que los Veintisiete no consiguieron llegar a un compromiso sobre la revisión de sus relaciones con la isla, informaron a Efe fuentes diplomáticas.
La mayoría de los países miembros, entre ellos España, defiende que la revocación de las medidas de 2003, en realidad congeladas desde 2005, ayudaría a que la apertura del régimen fuera irreversible.
Las sanciones obligaban a los gobiernos europeos a limitar las visitas gubernamentales bilaterales de alto nivel a Cuba; a reducir el nivel de la participación de los Estados europeos en acontecimientos culturales cubanos; y a invitar a los disidentes cubanos a las celebraciones de fiestas nacionales en la embajadas europeas.
Aunque estén congeladas, La Habana exige su levantamiento porque las considera una coacción que hace imposible el diálogo entre iguales.
Los socios comunitarios intentan reconciliar sus divergencias internas antes del Consejo de Ministros de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores que el día 16 revisará, como cada año, las relaciones con la isla, para lo que se precisa unanimidad.
Pero el segundo encuentro de los funcionarios nacionales enviados al Comité para América Latina (COLAT) se cerró hoy sin un compromiso, según asistentes a la reunión.
Fuentes de la delegación checa recalcaron a Efe que su país no ve cambios de base sustantivos en el régimen cubano, pese a la renuncia de Fidel Castro, y calificaron de cosméticos los avances positivos que reconocen se han producido desde la llegada de Raúl Castro.
Por ello, ven todavía prematuro, hoy por hoy, un levantamiento de las sanciones que se impusieron al régimen hace cinco años en protesta por la ejecución de unos secuestradores y el encarcelamiento de 75 opositores.
Praga defiende además una doble vía: que todas las delegaciones de alto rango que acudan a la isla para negociar temas políticos reclamen un mayor respeto a los derechos humanos y reformas en el país, y que se reúnan con la oposición democrática al gobierno de La Habana.
Pero fuentes diplomáticas de los países favorables a la revocación de las medidas creen que la excepción checa es más bien táctica y lo que Praga busca en realidad son contrapartidas en otras negociaciones en curso dentro de la Unión Europea (UE).
España está en el grupo de países que tacha de 'inútil' la política de sanciones impuesta durante la etapa en que era presidente del Gobierno español el conservador José María Aznar, y se declara 'optimista' sobre un cambio de rumbo desde Bruselas.
A su juicio, el régimen cubano usa estas medidas como 'una última excusa' para no abrir un diálogo con la UE en el que se incluyan también los temas de derechos humanos.
La posición de Madrid es que deben eliminarse las sanciones y al mismo tiempo los europeos deben reiterar la petición de libertad para los presos políticos y establecer contactos con la sociedad civil, en un nuevo espacio de diálogo que debería también evaluarse cada año.
Los Veintisiete elevarán mañana la discusión al Comité Político y de Seguridad (COPS), integrado por embajadores en Bruselas, que continuará el miércoles, aunque los participantes creen complicado cerrar un acuerdo a este nivel antes de la reunión en Luxemburgo de los ministros de Asuntos Exteriores el día 16.
Terra Actualidad - EFE
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