5/30/2008

"En Cuba estamos en un apartheid político"







Por Elizabeth Garrido (Infobae.com)

Jorge Luis García Pérez "Antúnez" estuvo 17 años preso por manifestarse como opositor al régimen. Con pocos recursos, intenta contar lo que vive un pueblo que se atreve a pensar un país libre. El informe especial de Infobae.com

Mientras Hilda Morejón, madre de Hilda Molina, llegaba a la Argentina luego de varios años de suplicar permiso para salir de Cuba, en la propia isla Jorge Luis García Pérez "Antúnez" y un grupo de opositores a la dictadura eran reprimidos severamente por decenas de policías que intentaban aplacar el grito de ayuda internacional.

"Nosotros somos un grupo de opositores pacíficos que en ese momento estábamos homenajeando a Pedro Luis Boitel (ver en puntos importantes). Cuando regresamos a mi hogar para hacer una pequeña reunión, vimos que había sido rodeado por la Policía para que nos aterrorizáramos", relata "Antúnez" en diálogo con Infobae.com desde su hogar en el interior de Cuba.

Según el opositor, los efectivos cubanos reprimieron con golpes, insultos, arrojando excremento a los manifestantes, como lo han hecho en varias oportunidades. "Fuimos embestidos por la Policía, varias personas resultaron con heridas graves en el cráneo, por los palazos que nos dieron. Pero eso no nos va a callar en nuestro reclamo de una Cuba libre y de la liberación de los hermanos que están detenidos por pensar distinto del Gobierno".

Días atrás, un informe realizado por
Andrea Sambucetti para C5N e Infobae.com en la intimidad cruda del pueblo cubano, había reflejado testimonios similares a los de Antúnez, como pocas veces se animan a decir los isleños en público.

Lejos del paraíso
Los cubanos estamos en un apartheid político (…) el cubano tiene que violar la ley para sobrevivir. La pobreza es extrema y no se pueden afrontar las necesidades", señala el opositor cubano que destaca que “el propio pueblo no puede acceder a todas las bellezas que se le muestran a los turistas, desde los hoteles hasta las playas”.

Las palabras de "Antúnez" advierten que "ser cubano en Cuba es muy difícil" y más aún si el ciudadano intenta criticar o cuestionar el sistema. Muchos habitantes de la Isla deben vivir con una doble moral para sobrevivir, ya que saben que el hecho de expresar opiniones contrarias al sistema imperante podría significar la cárcel.

El mismo destino que tuvo Jorge Luis García Pérez cuando decidió exponer sus ideas opositoras al por entonces gobierno de Fidel Castro. "Yo estuve preso 17 años por presentar mis ideas públicamente en una plaza central. Cuando fui arrestado, no sólo me golpearon y me torturaron, sino que la sentencia ya estaba desde antes de comenzar el juicio". Los vejámenes nunca se extinguieron durante ese período de encierro, pero tampoco las ansias por luchar contra un régimen dictatorial.

Hoy "Antúnez" no tiene trabajo y, según sus palabras, es discriminado por sus ideas opositoras. "No puedo siquiera tener una línea telefónica, ahora cuento con un celular dado por personas que se solidarizan con nuestra causa. Ni siquiera es posible tener comunicación por vía postal porque siempre es revisada por efectivos del gobierno".

"Vivimos un asedio constante. Somos hostigados por la represión policial y todo el tiempo quieren llevarnos a prisión. Los medios de comunicación quieren denigrarnos -afirma Antúnez- la realidad de Cuba es crítica, estamos en un estado de indefensión total".

La esperanza
Con un clima desolador, la noticia sobre el permiso para viajar dado a Hilda Morejon pareció en su momento una posibilidad de apertura política ante un sistema que restringe la libertad de sus propios ciudadanos.

"Antúnez" habla del caso como "cambios cosméticos" realizados "dentro de un sistema que, todos los cubanos saben, no va a cambiar porque es fiel a su propio sistema dictatorial".

"Nosotros estamos convencidos de que no hay una mínima posibilidad de tener una Cuba libre", sentencia el líder opositor aunque destaca que "el pueblo se está despertando y es justamente desde allí desde donde se verán los cambios".

"Nuestro pueblo necesita medidas radicales para garantizar los derechos humanos y que se abra el sistema para las elecciones. Sabemos que el cambio va a venir desde 'abajo'". Y así concluye "Antúnez" la breve comunicación telefónica dejando un gran marco de esperanza pero también de dudas de saber si se podrá volver a escuchar su pedido de libertad.

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