La situación actual "reclama ser enmendada. Para ello, es ineludible, será necesario —y hasta donde sea posible— implicar más a la ciudadanía en ese proceso de ajustes, de cambios, de transformaciones", dijeron los católicos en su revista Espacio Laical, de la Arquidiócesis de La Habana.
Raúl Castro, quien sucedió formalmente a su hermano Fidel en febrero, emprendió desde su mandato provisional de 19 meses una serie de cambios, que en el caso de la agricultura se consideran estructurales.
Los laicos coincidieron con Castro en que el cambio "requiere de un tiempo que no se puede violentar", pero advirtieron que "el estado actual de la vida cotidiana de la población, atiborrada de carencias y agobios, genera una premura difícil de satisfacer".
Es necesario "conocer con exactitud los fundamentos, los fines y la metodología del programa que, según parece, ha ido esbozando el nuevo presidente", señalaron.
"Para implicarse de manera efectiva es necesario compartir el proyecto, así como poder calcular la seguridad de que será realizado, y para ello es imprescindible comenzar por conocerlo de una manera suficiente", añadieron.
Los laicos indicaron además que para que la sociedad pueda implicarse en los cambios "se hace ineludible acelerar el ajuste" de la institucionalidad.
"La solución de nuestros problemas reclama que todos los cubanos, sin excepción, se puedan incorporar de manera mancomunada, aunque —es bueno precisar— cada cual desde su identidad personal, en la edificación de la Casa Cuba", añadieron.
La Iglesia Católica puede contribuir, consideraron, y dijeron esperar que "pueda contar con todos los espacios necesarios para cumplir con su espinosa responsabilidad en este momento decisivo de la historia" de la Isla.
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