Cuba es últimamente un surtidor de noticias. Buenas, no tan buenas y francamente malas, porque las rectificaciones recientemente aprobadas por la nomenclatura han venido acompañadas –o han sido precedidas- por diversos pasos en falso, cuando no por incuestionables retrocesos.
Es la interesante opinión de Armando Añel que puede seguir leyendo en Diario Las Americas
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