Tico Morales, APLACIEGO DE ÁVILA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Razones existen para tildar a esta ciudad del Gallo como una de las urbes más violentas y rebeldes del interior de Cuba. Hace apenas dos semanas las calles ardían por la violencia y la falta de quienes deben hacer cumplir la ley para proteger a la ciudadanía. Ahora el asunto se torna más peliagudo.
En la madrugada del pasado 28 de febrero, la atmósfera caldeada de la ciudad llevó a algunos a cometer actos de desobediencia Personas no identificadas la emprendieron a pedradas contra establecimientos del estado: Palacio de los matrimonios, la tienda de la Corporación CIMEX S.A, La Única, y la fábrica de refrescos. A las dos primeras instalaciones le dañaron sus carteles lumínicos, y a uno de los camiones que aguardaban para transportar refrescos a otras comunidades, le rompieron el parabrisas.
Miembros de la brigada técnica de la policía de Ciego de Ávila se volcaron con todas los recursos a su alcance para verificar, cerciorar y dar respuesta a la demanda de la policía política por dichos actos, que vienen sucediendo desde el mes de enero, acompañados en algunas ocasiones de carteles antigubernamentales.
Sin embargo, hasta la fecha nadie ha sido señalado como responsables de estos actos, y sólo se cuenta con las declaraciones de algunos testigos para inculpar a infelices como chivos expiatorios.
El tiempo gotea sobre el reloj de arena de nuestras vidas, y aunque se esmeren en ocultar verdades, la querida ciudad del Gallo, Morón, erosiona lentamente provocando el desbordamiento de un mar de lava social.
Según una fuente confiable, cuando un agente del carro patrullero 382 preguntó por la guardia de Comité de Defensa de la Revolución en una cuadra, le respondieron que no había ninguna planificada hasta el próximo mes.
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