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Para sus diferentes partidarios, una es víctima de sexismo y el otro de racismo; lo cierto es que en medio de la batalla por la candidatura demócrata entre Barack Obama y Hillary Clinton, algunos comienzan a inquietarse por la degradación de la campaña.
Esta semana, el tema del racismo se convirtió en foco de atención tras el discurso que pronunció el Senador de Illinois, quien salió al paso a los comentarios que realizara su guía espiritual, el pastor Jeremiah Wright, quien, entre otras cosas, dijo que los negros deberían decir “Dios condene Estados Unidos” por el trato que se les da a los afrodescendientes.
Obama le reprochó a Wright tener una “visión profundamente deformada” de EE.UU. por el racismo, aunque no renegó de él y destacó que éste era “como un miembro de (su) familia” (ver nota anexa).
Ese no ha sido el único incidente en la campaña de los demócratas.
Hace algunos días, una aliada de Hillary Clinton, Geraldine Ferraro tuvo problemas al comentar: “Si Obama fuera un hombre blanco, no estaría donde está actualmente (...) y si fuera una mujer (cualquiera fuera su raza) no estaría allí dónde está. Resulta que tiene mucha suerte de ser quién es”.
Justificando sus comentarios, Ferraro acusó a Obama de “jugar la carta del racismo” y a su equipo de haber deliberadamente agitado la polémica.
Además, sostuvo que Obama había conseguido muchas de sus victorias en el sur del país gracias al voto negro.
El hecho generó una gran controversia, al punto que la señora Clinton se vio obligada a “lamentar” públicamente las palabras de Ferraro, quien renunció a su condición de asesora honoraria del equipo de finanzas luego de armar el revuelo.
Contraataque
Antes de romper sus lazos con Ferraro, allegados de la ex primera dama recordaron comentarios sexistas de aliados de Obama, de quien se dice evita entrar en la tónica hostil, pero deja que sus colaboradores le den palos a Hillary Clinton.
En febrero pasado, el general Merrill McPeak, un militar retirado que se comprometió en la campaña de Obama, justificó su elección explicando que su candidato no tenía por costumbre “ir a la televisión y romper en sollozos”, al hacer referencia a la vez que Clinton trató de inhibir sus lágrimas en vísperas de su victoria en New Hampshire, en enero.
Otro incidente ocurrió con el periodista de la Msnbc, Chris Matthews, quien dijo que Clinton está donde está debido a la infidelidad de su marido con Monica Lewinsky. El comentario desató la furia de la campaña de la senadora, que reclamó hasta lograr un disculpa.
Recientemente, Kim Gandy, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres en EE.UU., dijo que en la campaña hay muchos comentarios sexistas, tras hacer referencia a que críticos se han dedicado a enfocarse en la figura, la ropa y hasta en el cabello de Hillary Clinton y hacen críticas para ridiculizarla.
Analistas como una catedrática que se define post-feminista, Camille Paglia, reprochó a Clinton hacerse la víctima.
“Hillary pierde jugando esta carta, pero sus allegados descubrieron que muchas mujeres parecían receptivas”, se lamentó Paglia en la revista US.
Afectación
Otros expertos remarcaron que los orígenes mestizos de Obama (madre blanca y padre negro) eran un elemento esencial de su seducción, así como la posibilidad de convertirse en el primer presidente negro en Estados Unidos.
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Bruce Ranson, de la Universidad Clemson, en Carolina del Sur, asegura que, dando lugar a polémicas sobre racismo, los allegados de Clinton se comportan como si quisieran “poner a Obama en la categoría del candidato negro para restringir el poder de seducción que puede tener más allá” del electorado de color.
Para el analista David Bositis, del Centro Conjunto de Estudios Políticos y Económicos, una institución de investigación negra, Clinton probablemente perdió más votos negros que los ganados entre los blancos, cuando personalidades como su esposo empezaron a mencionar la raza de su oponente.
“Las mujeres blancas respaldan a Hillary porque es mujer y no es porque Obama sea negro”, añadió Bositis.
El jefe de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, trata de calmar las aguas.
“Tenemos dos (candidatos) que representan segmentos esenciales (del partido demócrata) y cuando se atacan uno al otro es sentido de modo más personal”, explicó al Washington Post.
Hillary acorta distancia
La ventaja nacional que el senador Barack Obama tenía frente a Hillary Clinton, de cara a las presidenciales de noviembre, se redujo a solo tres puntos porcentuales, pero ambos están a la zaga del candidato republicano John McCain, según una encuesta de ayer
El sondeo de la empresa Zogby, indica que Obama, que en febrero tuvo una ventaja de 14 puntos contra Clinton, ahora tiene 47%, frente al 44% de la ex primera dama.
McCain tiene una ventaja de 46% frente a un 40% de Obama, un cambio drástico respecto al mes anterior, cuando el senador por Illinois superaba al republicano con 47% frente a un 40%, según el sondeo, que tuvo un margen de error de + o - 3,2 %.
McCain tiene un 48% frente al 40% que obtiene Clinton. El mes pasado el republicano tenía el 50% contra el 38% de Hillary.
El discurso de Obama
Obama habló sin tapujos de las tensiones raciales en EE.UU. en un discurso en el que se distanció de su ex pastor Jeremiah Wright, quien, según el Senador, se crió en un Estados Unidos profundamente racista, en el que la segregación estaba legalizada y que prohibía a los negros el acceso a una educación de calidad y a vivienda y trabajo dignos. Reconoció que muchas de esas tensiones perviven y que hay un profundo resentimiento, a menudo solapado, entre blancos y negros, aunque Insistió en que la situación ha mejorado y puede seguir mejorando.
Los expertos calificaron el discurso de Obama de valiente pero, también, arriesgado. “Habló del problema racial de una forma muy directa, algo inesperado", dijo Charlton McIlwain, profesor de la New York University, quien cree que al ser tan explícito sobre el racismo, Obama podría alejar a algunos votantes blancos.
Richard Parker, profesor de la Universidad de Harvard, cree que Obama pronunció un discurso “brillante” y fue valiente al no tratar de negar que hay un problema real.
En su opinión, el senador también hizo lo acertado al condenar las palabras del pastor de Chicago, pero no renegar de él.
Más hechos
Samantha Power escritora, ganadora de un Pulitzer y asesora de Obama en política exterior, ‘metió la pata’ al decirle a un diario escocés que Clinton era un “monstruo”.
Ella renunció antes de que la gente de Clinton protestara.
En ambas campañas llueven las denuncias, los desmentidos, las disculpas y de vez en cuando hay que despedir a alguien.
Dato clave
La publicación, que incluye reuniones, viajes, discursos y actividades sociales de Hillary Clinton, se hizo por presiones polÍticas y por una demanda del grupo Judicial Watch, en julio de 2007.
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